Muñeca Fatal

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Hermione comenzó a acudir con frecuencia al despacho de Snape en pleno día.

Las lecciones de Legeremancia y Oclumancia llegaron a buen término; Granger mostró un talento mayor que el de Harry. Muy pronto logró dominar los inicios de cada disciplina, en forma suficiente para lograr el cometido de guardar la información que necesitaba, esto es, la existencia del conjuro, la residencia y el boulevard.

Retomaron el plan. Pasaron inmediatamente al conjuro. Granger entendió el problema inicial con el estudio del pergamino enrollado. Para resolver la contradicción se debía verlo desde un enfoque más amplio y así el conjunto se integraba, es decir, quedaba solamente la Magia. Y con la ayuda de Snape se puso a ensayar el pase, complicado por pertenecer a la Magia Ceremonial Egipcia.

Para dar impresión que colaboraba en el libro de Snape -a éste ya no le interesaba-, por indicación de él, Hermione hizo búsquedas en la biblioteca y leyó capítulos que él le dio, para que pudiera dar opinión a McGonagall, la cual se mostró satisfecha.

Harry y Ron no estaban tan satisfechos. Harry no paraba de cuestionarla, primero por no haber abandonado Hogwarts los tres a raíz de la muerte de Dumbledore, pues ella le pidió serenidad aunque pareciera lo más extraño, arguyendo que Snape poseía informacióm. Ella ya tenía sus percepciones sobre él y el plan sobre el conjuro, aunque eso último no lo confió a Harry. Segundo, Harry volvió a insistir en la pérdida de tiempo valiosísimo, todavía más extraño por la última noticia de la ayuda al libro de Snape. La castaña le respondió que era una engañifa para espiarlo. Harry aceptó, pero no muy convencido. La campaña contra ellos aumentaba y no dudaba que alcanzaría tales proporciones que iban a terminar huyendo como fuera.

Hermione confiaba en aprender el conjuro antes que eso sucediera y compensar el tiempo perdido de una búsqueda donde tenían muy escasas probabilidades. Consideraba que de irse así como estaban, el nivel de riesgo era tan grande que solamente podrían sortearlo con una serie de golpes de suerte, y no tanto de capacidades. Asimismo, trabajando en Infinity Manor el tiempo rendiría mucho más. Snape ya le había dicho que estaba yendo solo, desde hace días, a verificar si existía algún riesgo para ella. No lo creía, pero debía asegurarse.

Quien se lo tomaba cada vez peor, era Ron. Paradójicamente el hecho de entender menos que Harry lo acercaba más a la verdad. Harry razonaba los motivos de Hermione, que en parte lo convencían y en otra, intentaba entender, pero Ron se quedaba con lo más cercano y de ahí partían sus ideas, con creciente impaciencia hasta que se lo dijo: Cualquiera diría que tienes un interés especial en Snape. Verlo tanto, ¿para qué, qué ganamos con eso? ¿Crees que vas a poderlo engañar mucho tiempo? ¿Y tu forma de hablar en clase con él? ¿Y para qué debemos estar en clase, como si nada hubiera pasado? ¿Es cierto que antes bajaste a la mazmorra? Algunos dicen que te vieron una vez. ¿Por qué no me lo dijiste? Parece que tienes otro plan en mente y no nos lo confías. ¿Y por qué no me tomas en cuenta en esta decisión donde corres tanto peligro? ¡Es Snape, Mione! ¿Estás confiando en él?

—Es para vigilarlo, Ron, ya te lo dije -respondía, abrumada, frotándose el puente de la nariz, como si se aliviara por usar anteojos-, estoy segura que esconde una pista, una muy importante. Creo que eso puedes entenderlo.

Mentiras enormes. Al inicio, su único interés fue el conjuro. Hoy, la mitad de su interés era estar con Snape. Era un deseo más fuerte que ella. Se aferraba a que se necesitaba tiempo para aprender Ojo de Horus, pues eso la justificaba para estar cerca de Snape. Así sentía que no restaba tiempo a la búsqueda, al estar ocupándose de ello.

También sabía que no tenía mucho tiempo antes que, por ejemplo, el Ministerio los declarara fuera de la ley. Eso la angustiaba y por ende deseaba aprovechar todo el tiempo que tuviera, con el pretexto del libro.

Fetish SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora