Esperando el regreso de Snape, la castaña se dedicó a repasar la pronunciación del conjuro. Esa era su prioridad, porque las materias se relegaron al último plano de su interés. Cumplía con lo mínimo y se limitó a usar lo escuchado en clase. Todo aquello ya no importaba, cursar el año lectivo era lo menos significativo; se trataba de hacer el trabajo de lanzar Ojo de Horus e irse de Hogwarts, donde la situación se deterioraba.
No podía volver a Infinity Manor hasta que Snape no hubiera ratificado que no existía problema, pero era imposible dedicarle el tiempo deseado por verse obligado a acudir y cumplir las órdenes de Quien No Debe ser Nombrado. Hermione confiaba en apresurarse. La última vez que ella vio a Snape, éste le dijo que irían en tres o cuatro días.
Esos pocos días parecían ser demasiados. En Hogwarts aparecían señales de un descontento subterráneo. Esa mañana apareció un grafito en el inicio de las escaleras que llevaban al despacho de Snape: La mazmorra del traidor. Aunque McGonagall lo borró, probablemente no sería la última vez. Hubo noticia de otros grafiti en los corredores.
En adición, Hermione comenzaba a ser mal vista. Sus continuas idas al despacho de Snape, su pasar horas en él. Si bien se sabía el motivo y que fue idea de McGonagall, esas actividades la estaban llevando a la zona gris donde inicia el cuestionamiento de la lealtad. Harry le hablaba con fría diplomacia, y esporádicamente se le notaba el reproche mudo de que ella estuviera tan cerca del asesino de Dumbledore, de cuya culpa Harry no había informado a nadie a petición de la misma Hermione por posponerlo. Y Harry no entendía por qué ella basaba todas sus actitudes en tener tiempo para buscar pistas en el despacho de Snape, de lo cual no le hablaba. No deseaba sospechar que Hermione quisiera proteger al Murciélago. Prefería quedarse con su extraña versión.
Malo fue también que Hermione a mediados de la semana, sugiriera a Harry y Ron adelantarse y ella alcanzarlos a la brevedad. En su mayor parte, la razón era no perder más tiempo, pero por otra, era un transitar en una zona nebulosa donde mezclaba intereses.
Ahora menos que nunca, deseaba alejarse de Snape. ¿Alguien se lo podía reprochar?, se rebelaba ella. Esto era lo primero que le importaba de manera directa y descubría que era más difícil sacrificarse cuando también se tenían intereses personales. Quizá por eso cuando alguien te manipulaba buscaba que no tuvieras afectos. Como Voldemort separando a los Malfoy entre ellos.
¿Y si pasaba tiempo con Snape en Infinity Manor, luego de lanzar el conjuro?, fue otra idea de Hermione. Varios días en la residencia serían uno en Hogwarts. No afectaría demasiado a la búsqueda. Con eso sintió el alivio de un tiempo de gracia, reacia a renunciar a Snape en aras de una obligación. En clase, hosca, sin prestar atención, pensaba mucho en él. La sublevaba la perspectiva de dejarlo de ver en cuanto no hubiera más motivo relacionado con la búsqueda de los horrocruxes. La idea del deber, de sacrificar lo personal en nombre de una causa, le comenzaba a parecer dictatorial y chantajista. ¿Quién tenía el derecho de marcar sus tiempos de vida? Aquello la conflictuaba tanto, que la ponía de malas y llegó a responder mal a Parvati y a Longbottom por nada.
Ron, que llevaba un buen rato aguantando las ausencias de su chica, se volvía una fuente de molestia para Hermione con sus quejas de no verla ya prácticamente nunca. Ella salía rápido de clases que no atendía, tomaba veloz sus alimentos y decía hasta mañana, porque volvía tarde a la Torre de Gryffindor por estar con Snape. Aunque Ron no lo consideraba un competidor, los celos por ver a Hermione pasando mucho tiempo con Snape, crecían poco a poco.
A Hermione, convencida o esperanzada de que cuando les explicara, la entenderían por muy terrible que fuera la verdad para ellos, no se le escapaba la realidad de que la situación se había enredado, y con ello, que por querer hacer un bien, la castaña estaba haciendo un mal, pues inducia a confusiones y sospechas, que podían estallarle pronto dado lo que estaba implicado.
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Fetish Slytherin
Fiksi PenggemarSevmione. Long fic. El Conjuro de Hieracómpolis puede derrotar al Señor Tenebroso. Pero en el Boulevard de los Sortilegios aflorará una historia de la que Hermione no tiene recuerdos, aunque, sí, sentimientos.