Capítulo 03 : Por dentro

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–| Paisaje Mental de Estrella |–

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n o r m a l

     Cuando Estrella abrió los ojos no despertó en el asiento del copiloto, ni en la habitación de hotel u otro lugar incómodo en donde no quisiera estar.

Cuando abrió los ojos fue recibida con la preciosa vista de grandes extensiones de hierba dorada y verde mezclada con altos girasoles del tamaño de un paraguas y diminutas margaritas que susurran cuando nadie las está viendo. El prado se extiende por varios metros a la redonda, rodeado por torcidos árboles de hojas naranjas, como si fuera otoño, y una meseta escondida detrás de tantos árboles por el camino.

 El prado se extiende por varios metros a la redonda, rodeado por torcidos árboles de hojas naranjas, como si fuera otoño, y una meseta escondida detrás de tantos árboles por el camino

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Un hermoso cielo de colores pasteles, celeste, rosa y violeta, cubre todo el horizonte como un gran lienzo de puntura. Gigantes nubes blancas de saturación salmón viajan sin preocupaciones, algunas cambian de forma cuando chocan o son atravesadas por aves, pareciendo así un curioso rebaño de todo menos de ovejas. Como anillo al dedo, en lo más alto del cielo pastel sobresalen dos soles de diferente color que da luz a la vida con su calor. El sol más grande es de color blanco puro y el sol más pequeño es brillante como la plata líquida, ambos rodeados por dos anillos de luz atenuada y delgada que parecen trasladarse cada cierto tiempo.

Hay avecillas de colores exóticos que cantan escondidas entre las hojas de los árboles, grandes mariposas de patrones de arcoíris capaces de cubrir con sus alas toda la pradera al pasar y animales silvestres que miran a Estrella antes de correr a esconderse entre los matorrales, dejando un rastro de brillantina verde por donde pisan.

En el silencio del bosque y la pradera es posible escuchar el agua correr río abajo, peces pequeños saltar tan alto como si volaran que saltaran y el pulular de las abejas y libélulas cruzando el río camino a la pradera donde todavía descansa Estrella con la mandíbula abierta.

La vista es preciosa como ninguna otra y eso Estrella lo sabe. Las lágrimas imaginarias que se vuelven diamantes al caer son prueba suficiente, y es el dolor de llorar diamantes lo que saca a Estrella del estupefacto.

—... ¿Estoy en casa? —es una pregunta que no puede evitar hacer.

     Atrapa entre sus manos la tierra de la pradera, mira con fascinación cómo se desliza de las manos como líquido siendo antes sólido.

Crush Dimensional || BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora