Capítulo 26: Arruinados.

33 5 22
                                    

Risha apagó la cocina en cuanto terminó, acomodó toda la comida en una bandeja, su mente no dejaba de pensar, por alguna extraña razón, o más bien para su suerte, el piso en dónde se encontraban y la cocina que estaba un piso más abajo estaban com...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Risha apagó la cocina en cuanto terminó, acomodó toda la comida en una bandeja, su mente no dejaba de pensar, por alguna extraña razón, o más bien para su suerte, el piso en dónde se encontraban y la cocina que estaba un piso más abajo estaban completamente vacíos, no había rastro de nadie pero lograba percibir la energía de varios demonios en pisos más inferiores.

Volvió a subir las escaleras llevando la bandeja de comida en sus manos. Faltaban unos pocos días para que el ciclo terminará, había visto que la excitación de Mikael había bajado significativamente, ahora podía caminar y no durar todo el día durmiendo y sin poder moverse.

Abrió la puerta de la habitación viendo ese gigantesco lobo durmiendo plácidamente en la cama. Dejo la bandeja encima de la mesita de noche y se sentó en el borde de la cama.

Tocó su cabeza y se quedó en shock. Sus ojos se pusieron blancos al poder conectar con los recuerdos de Mikael.

Sus ojos se llenaron de lágrimas al poder ver todos esos tortuosos momentos. Desesperacion, deshonra, dolor, sangre, sudor, llanto, sufrimiento...

Quitó su mano al sentirse abrumado. Se levantó de la cama espantado, jamás había leído la mente se Mikael, miró su mano, ¿Que había hecho? ¿Que era...? Ahora estaba completamente condenado, si Mikael llegaba a tocar su cabeza...

El tercer príncipe tenía oculta su vida y trataba de mantener todo al margen, no le iba a gustar para nada que haya visto sus recuerdos.

Tuvo que contener un grito en cuanto Mikael volvía a su aspecto humano. Trató de calmarse respirando profundamente antes de dirigirse de nuevo a la cama.

Movió su cuerpo tratando de despertarlo, estaba muy dormido y respiraba bastando lento y sus leves ronquidos era lo único que le aseguraba que aún siguiera con vida, de repente comenzó a quejarse hasta abrir los ojos y mirarlo.

-¿Risha?

-¿Comerá, señor?

-¿Que?

-Le preparé comida, pensé que podría tener hambre.

Mikael lo miró por mucho tiempo antes de enderezarse en la cama y aceptar la comida. En varios momentos mientras comía Risha tenía que tocarlo para que no volviera a dormirse, se notaba su cansancio y agotamiento. El cabello alborotado de Mikael y su aspecto descuidado lo hicieron sonreír, pero desapareció en el instante cuanto se dió cuenta de lo que estaba pensando. Ese sentimiento...

Levantó la mirada hacia un espejo viendo cómo sus ojos estaban completamente morados... ¿Por qué estaban de ese color?

Cuando Mikael volvió a dormirse Risha se quedó sentando en una silla frente a un espejo. No creía posible que fuera él quien quisiera empezar un lazo con Mikael, no podía hacer eso de nuevo.

Una mano se coló dentro de su camisa asustandoló, por el reflejo del espejo vió los brillantes ojos rosados de Mikael mirándolo con deseo, de nuevo... De nuevo... Esa fuerte energía llegó a su cuerpo haciéndolo temblar en su lugar, su otra mano bajó lentamente hasta su vientre abriéndose espacio dentro de su pantalón. Risha gimió. Mikael lamió su cuello subiendo a su oreja haciéndole cosquillas, Risha conocía ese patrón y trató de empujarlo, pero de un rápido movimiento se quedó con el rostro pegado en la cama siendo presionado por Mikael, un chillido agudo escapó de sus labios en cuanto el miembro caliente de Mikael entró en su interior, de un segundo a otro ya se encontraba siendo embestido con rudeza por Mikael.

La Constelación Dorada. [TRILOGÍA DE ÁNGELES Y DEMONIOS] IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora