Capítulo 3: Sangre.

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-No mueras a manos de un demonio, hijo

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-No mueras a manos de un demonio, hijo... por favor... -dijo su madre a punto de llorar.

-Mamá... estaré bien.

-Eres fuerte, si estás en peligro no dudes en matarlo... pero, si puedes mantente lejos de los demonios. Prométeme que volverás...

-Lo prometo, mamá -dijo tomando su mano-, volveré.

...

Mientras caminaba con sus dos compañeros hasta el portal se repetía en su mente los rumores de que un demonio había dejado vivo a un ángel.

Era extraño, ¿Por qué lo dejaría vivo? ¿Había pasado algo para que lo dejara vivo? No tenía sentido.

-Oye, Liliath... -el nombrado levantó la mirada hacia Jeremy-. ¿Que vamos a hacer? -le preguntó deteniendo su paso, junto a él se posicionó su hermano, Nakara-. Tu eres el líder.

-No lo sé. Los demonios son agresivos. Debemos mantener nuestra energía inactiva para que no nos detecten los guardianes y que no nos encuentren a los demonios... -siguió caminando hasta llegar al portal-. Vamos.

...

Luego de cruzar el portal, aparecieron en el bosque cerca de una estación de autobuses. Después de casi cuarenta minutos llegó un autobús que los llevaría a la dirección que les habían dado para ir a la casa en dónde se quedarían.

Liliath de repente miró a una persona que estaba del otro lado del autobús, le daba una mala sensación. Ese mismo chico miró en su dirección, suspiró con fastidio y bajó en la siguiente parada. Los tres los miraron fijamente sintiendo algo extraño, el chico los miró sonriendo, levantó su mano saludando mientras expandía su energía oscura y dejaba ver sus ojos verdes.

Liliath se quedó en shock, ¿Cómo los había detectado? Simplemente había escapado.

-No tenemos energía visible... -dijo Nakara con algo de miedo mirando a Liliath.

-Liliath... -dijo Jeremy.

El nombrado se quedó estático por unos minutos, sin respuesta... ¿Y si era verdad que el comportamiento de los demonios había cambiado? ¿Y si se manejaban de otra manera para confundir a los ángeles? ¿Y si los rumores de transformación eran reales?

-No se que debemos hacer.

-¿Y si es verdad que su comportamiento cambió que vamos a hacer? -Jeremy agarró el brazo de su hermano para que se calmara.

-Esperamos un rato más. Este era notable su rango superior, probablemente se dió cuenta de nosotros por su guardián.

-Entonces tener nuestra energía apagada no sirve de nada si los guardianes nos van a detectar. -susurró Jeremy bastante nervioso.

-Si un demonio llega a atacarnos desprevenidos estaremos muertos. -soltó Nakara cruzándose de brazos.

El autobús se detuvo y dos chicos se subieron, justo cuando iban a sentarse uno de ellos miró directamente en su dirección, los tres se quedaron inmóviles, ambos chicos retrocedieron y se bajaron del autobús. Cada vez era más confusa y terrorífica. ¿Cuánto se había tardado en detectarlo? ¿Cuál era su rango de percepción? Muchas preguntas se amontonaban en su mente y ninguna tenía respuesta.

La Constelación Dorada. [TRILOGÍA DE ÁNGELES Y DEMONIOS] IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora