Capítulo 43: Cachorro.

25 5 4
                                    

Kin llegó al almacén mirando el letrero de la entrada, "refugio de pieles", algo desesperado rompió la puerta tras darle una patada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Kin llegó al almacén mirando el letrero de la entrada, "refugio de pieles", algo desesperado rompió la puerta tras darle una patada. La chica que cuidaba el granero soltó un grito de terror cuando la puerta se destruyó de esa manera, miró a todos lados buscando la razón de la destrucción de la puerta, Kin la olió durante un rato queriendo descubrir de dónde venía pero era una humana, no tenía ningún olor, ni a demonio ni a ángel.

Se dió la vuelta y vió ese pequeño lobo cachorro en el fondo del lugar, sus ojos se llenaron de lágrimas en segundos al verlo, todo su cuerpo estaba lleno de barro y suciedad, se dejó caer en el suelo, esos diminutos ojos amarillos lo miraron fijamente, Kin acercó su mano a su naricita y el cachorro lo olió apenas reconoció el olor comenzó a chillar desesperado  yendo hacia él. Sonrió.

—¿Todavía me recuerdas, cachorrito?

Kin lo cargó y lo envolvió en sus alas y salió caminando del granero, llevándose al cachorro.

—Ya te tengo, cachorrito. Te llevaré a casa.

...

Después de bañarlo y quitarle toda la suciedad que tenía en el cuerpo lo dejó de nuevo blanco de nuevo, se dió cuenta de su bajo peso y su estado desnutrido, sus patas estaban maltratadas y parecía haberse lastimado una de ellas ya que cojeaba.

Suspiró y con una toalla secó su cuerpo y lo cargó llevándolo a su habitación, después de vendar sus patitas lo llevó a la cocina, el cachorro movía su cola peluda de un lado a otro, podía escuchar ese pequeño corazón latir con rapidez lleno de emoción. Entró a la cocina.

—¿Que es eso qué llevas ahí, Kin?

—Es el hijo del príncipe Mikael. —apenas dijo eso todos los que estaban ahí se acercaron a él.

—¡¿Enserio?! ¡¿Lo encontraste?!

—¡Es precioso!

—¡Mira lo bonito que tiene el pelaje!

—¡Es muy lindo!

—Debe comer, debe de estar hambriento.

—¿Vas a darle sangre o comida normal?

—Por ahora prefiero que solo se alimente con sangre.

—Vale.

Después de alimentarlo el cachorro comenzó a bostezar.

—No pierdes tus hábitos.

Al caminar por el pasillo para ir a la habitación de Mikael se encontró con la persona que odiaba, Risha se frenó en seco al verlo.

—Kin...

—¡Aléjate! —soltó un grito cubriendo al cachorro con sus alas mirando a Risha con mucha rabia—. ¡Ni se te ocurra acercarte! —el pequeño cachorro comenzó a temblar en sus brazos.

La Constelación Dorada. [TRILOGÍA DE ÁNGELES Y DEMONIOS] IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora