Extra 3.

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Kin llegó exhausto a la casa y lo primero que hizo al llegar fue tirarse a la cama, quería dormir. Jeremy llegó a la habitación y lo vió acostado en la cama con sus alas afuera.

—Kin guarda tus alas —le dijo—, para que estés más cómodo.

Kin guardó sus alas y con sus mismos pies quitó sus zapatos y se acomodó en la cama.

Jeremy se quedó en el marco de la puerta viendo a Kin dormir tranquilamente en su cama.

Los últimos días habían estado pacíficos, Kin ya no tenía trabajo y las órdenes de Chase llegaban cada cinco o seis días, lo que les había dado mucho más tiempo para estar juntos.

Mudarse juntos había sido difícil, aún era bastante extraño vivir con Kin, no podía negar que algunas noches le inyectaba fármacos humanos para dormir, a veces funcionaba y otras veces no, después de todo podía liberar y regenerar la sangre mala o infectada y crear nueva.

Suspiró y se acercó a la cama, Kin seguía dormido pero sus orejas seguían arriba, en alerta a cualquier minúsculo sonido. Jeremy agarró un lápiz quitando su punta y la tiró hacia una esquina del cuarto viendo cómo sus orejas se movían por el ruido que había hecho la punta del lápiz al caer.

Kin abrió los ojos enseguida y lo miró.

—Buenos noches. —dijo somnoliento a la vez que se restregaba los ojos, aún tenía sueño.

—Buenos días. —le corrigió Jeremy acostándose a su lado aprisionando a Kin entre sus brazos, este escondió su cabeza en su cuello y lo escuchó suspirar para dormirse de nuevo—. ¿No te han dicho nada hoy?

—No... Creo que el rey debe estar bien sino me a llamado.

Ese día durante el desayuno Jeremy no había dejado de mirar a Kin, este lo sabía, pero quería ignorarlo ya que él ya había leído su mente y lo que pensaba no le atraía para nada.

—Oye Kin... —Kin tembló en su lugar y lo miró—. Nunca me has dicho nada de tus padres.

—No conozco a mis padres, nada más de los dos hermanos que me criaron, ellos son mis "padres".

—¿Me dejas conocerlos?

...

Al estar frente a la puerta de una pequeña casa Jeremy estaba nervioso, no pensó que realmente fueran a venir y conocer a los que habían hecho de padres de Kin.

Kin tocó la puerta y algunos segundos después alguien abrió, Jeremy vió a esa persona, era bastante más alto que ellos, cabello oscuro y sus ojos iguales a los de Kin, grises. Dejó sus ojos puestos en él.

—¿Si lo ves verdad? —le preguntó a Kin.

—Viene conmigo.

—¿Por qué?

Un toque en el pecho de Kin que provenía del segundo hermano lo hizo ponerse nervioso. Empujó a Jeremy y se colocó frente a él. Olió sangre de ángel y un extraño sonido dentro de la casa.

—¿Que está haciendo Black?

—Está comiendo. ¿Quien es ese ángel?

—Quiero hablar con ambos.

Eso dejó en silencio al guardián frente a él y asintió. Se apartó de la puerta y Kin entró en la casa sosteniendo fuertemente la mano de Jeremy, Kin sabía que ambos eran fuertes y ya estaban bastante acostumbrados a tener ángeles cerca pero era increíblemente fácil que alguno de los dos se descontrolara y que él mismo no pudiera controlarse.

Una casa con tres guardianes y un ángel no le parecía una buena combinación.

Iban a entrar en la cocina pero el fuerte olor a sangre de ángel hizo que se frenará en seco y prefirió esperar en la sala.

Jeremy se mantenía junto a Kin agarrando su brazo y su mano sin ninguna intención de soltarlo, levantó la mirada y ese guardián lo seguía mirando.

Otra persona apareció en la sala y miró a Jeremy.

—¿Y este que?

—Siéntate Black. —le dijo su hermano y este con algo de duda se sentó en el sofá.

Algunos segundos más en silencio y Kin suspiró pesadamente para mirarlo a ambos.

—Él es Jeremy, es mi lazo.

—¡¿Que?! —dijeron ambos hermanos al mismo tiempo.

—No se cómo pasó, no me pregunten nada, el rey lo aceptó. —al decir eso Jeremy vió como las expresiones de ambos parecían calmarse al instante.

—¿Le preguntaste de esto a Gratt?

—Si, me dijo que suele pasar.

—Genial, Yurai aparte de hambriento resultó también idiota. —soltó Black cruzándose de brazos dejándose caer hacia atrás.

—Black no seas así. —le dijo su hermano.

—Unas cuántas mordidas y querrá irse.

—Ya pasamos por eso —habló Jeremy mirando a Black—, Kin aprendió a controlarse. —al escuchar su comentario el que rió fue el segundo hermano.

—Los guardianes nunca aprenden a controlarse niño. Su instinto es increíblemente poderoso, y cuando tiene hambre solo puede pensar en comer, no hay nada más. —él suspiró, Kin agarró con fuerza la mano de Jeremy cuando escuchó que estuvo a punto de romperse la piel y lo miró.

—Evita la sangre. —le dijo seriamente.

—Vale, no nos hemos presentado. Soy Raven y él es Black.

—Soy Jeremy —estiró su mano para saludarlo pero Raven la miró unos segundos y levantó una de sus cejas, Kin regresó a su mano a su lugar. Black suspiró, se levantó de su lugar y fue hacia ellos, se acercó peligrosamente al cuello de Jeremy inhalando su aroma profundamente. Después de unos incesantes segundos él lo miró sonriendo.

—Cazo ángeles, solo estaba guardando tu olor para no matarte si te veo en la calle.

—Si son guardianes... ¿Por qué puedo verlos?

—Inteligente pregunta. —dijo y por fin Black se alejó volviéndose a sentar.

—Somos guardianes a medias. —le respondió Raven—. Nuestro padre era un demonio dominante y nuestra madre era un guardián dominante. Somos mitad demonio mitad guardián.

Duraron hablando cerca de una hora acerca de cómo habían ido las cosas y Jeremy se dió cuenta de cómo era la relación de Kin y los dos gemelos.

Raven notó como Jeremy miraba a Kin, frunció el seño y recorrió la mente del ángel a profundidad logrando ver todo lo que había pasado: noches sin dormir, mordidas repentinas, el conflicto con el rey...

...

De regreso a casa Jeremy iba en la espalda de Kin mientras esté caminaba por las lentamente. Jeremy lo abrazó por su cuello suspirando.

—¿Estás cansado?

—Después de comer me dió demasiado sueño.

—Agárrate bien. —Jeremy sintió como las alas de Kin querían salir de su espalda, se apartó un poco y esas alas abrieron.

—¿Porque eres tan perezoso?

Rió cuando Kin saltó hacia arriba emprendiendo un vuelo tranquilo por el cielo, Jeremy besó su cuello haciéndole reír.

—No me gusta caminar.

Llegaron a casa entrando por una ventana, ambos se acostaron en la cama.

—Me agradaron tus padres —Kin le sonrió—, eran muy amables y Black era divertido.

—Me alegra que todo haya salido bien. —Kin suspiró y sonrió—. Fue un buen día... —Jeremy se acostó en su pecho.

—Kin... —el nombrado se quedó helado al leer sus pensamientos, Jeremy sintió como los latidos del corazón de su pareja se aceleraban, ya había leído su mente—. ¿No quieres... Tener un hijo?

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Espero les guste el extra :3

Ya se nos vino el final.

Bye

𝒀𝒐𝒉𝒂𝑹♡︎

La Constelación Dorada. [TRILOGÍA DE ÁNGELES Y DEMONIOS] IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora