La nueva era en el Reino Oscuro ha comenzado, los tres hermanos mayores han tomado su cargo y quieren cambiarlo todo. Pero no será sencillo.
Chase será coronado como líder del Reino de Kalyn, convirtiéndose en el nuevo rey de toda la aldea de demoni...
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—El príncipe Luny no está en su habitación. —Kin se detuvo al escucharlo, un escalofrío le recorrió el cuerpo e inconscientemente se puso nervioso, hizo una inspección rápida por el lugar y detectó a todos los otros guardianes rodeando la habitación de Mikael.
—¿Dónde está?
El guardián que no iba a volver a hablar señaló la habitación de Mikael. Kin se acercó a la puerta y suspiró profundamente, escuchó la respiración tranquila y lenta de Luny justo en dónde recordaba haber visto la cama del príncipe, miró hacia el frente y la respiración de Mikael llegó a sus oídos, escuchó el lento pasar de las páginas de un libro. Tocó la puerta y al pasar unos segundos los pasos de Mikael llegaron hacia él y abrió la puerta.
—Buenas tardes, príncipe.
—¿Que pasa Kin?
—Solo venía a ver al príncipe Luny. —sin tener que mirar hacia abajo logró escuchar como Mikael apretaba el libro en su mano y la sangre en su cuerpo corrió con más fuerza, le dió miedo cuando vió que su expresión se mantenía serena y tranquila, sin flaquear, pero en el fondo de sus ojos lograba ver el enojo. Mantuvo toda su mente en blanco—. Es bastante tarde y él suele comer a esta hora.
—Ya comió. —le respondió simplemente y se dió la vuelta.
Kin vió como unas minúsculas partículas del libro caían al suelo debido a la fuerza que había aplicado a ese mismo punto. Estaba claro, a Mikael le molestaba su presencia y solo era cuestión de tiempo para que...
—¿Te encariñaste con Luny, Kin? —esa voz interrumpió sus pensamientos, Kin no le respondió pero su mente se debilitó y le mostró la respuesta a Mikael—. Se que... has hecho demasiado, cuidaste de Luny y te encargaste de todo hasta ahora... Y sabes que siempre te lo agradeceré, ví los recuerdos de Luny, hiciste demasiado Kin —cuando Mikael se detuvo frente a él mirándolo de esa forma tan amenazante con esos ojos dorados estrangulando lo más profundo de su mente se dió cuenta que ese momento estaba pasando... Estaba pasando...—, pero ahora estoy yo. Y seré capaz de cuidarlo, aunque me cueste lo haré. —la expresión de Kin se desgastó... iba a decirlo—. Así que te agradecería que mantuvieras tu distancia desde ahora. No lo busques, no lo sigas, recuerda quien eres....
—Nunca lo he olvidado, señor... —lo interrumpió—. Lo que he hecho hasta ahora ha sido una promesa que le hice el día que lo conseguí. Mi trabajo como guardián real fue proteger y cuidar de la familia real. Nunca he pensado más allá de eso.
—Vale. Eres buen guardián Kin, quizás algún día puedas ser el guardián de Luny pero hasta entonces... aléjate.
—Como ordene, señor.
—Vete ahora.
—Debe saber que Luny tiene más guardianes, aparte de mi, para su protección, el rey así lo ordeno.
—Vale, gracias.
—Me retiro. —hizo una reverencia y se dió la vuelta saliendo del cuarto cerrando la puerta tras él, de sus ojos unas delicadas lágrimas comenzaron a salir.