La Constelación Dorada. [TRILOGÍA DE ÁNGELES Y DEMONIOS] I

Capítulo 27: Destrozado.

Risha no había podido cruzar el portal, ya había pasado casi una hora y aún seguía llorando desconsoladamente sintiendo esa fresca mordida en su cuello. Golpeó el suelo con impotencia sin saber cómo iba a mirar al rey a los ojos sin que en ellos él viera reflejado lo que había hecho.

Un simple descuido y ahora estaba esperando un hijo de Mikael...

-Maldición, maldición, ¡Maldición! ¿Y ahora que hago? ¿Ahora que voy a hacer?

Abrió los ojos y se quedó petrificado cuando escuchó ruido detrás de él, alguien caminaba de forma lenta sobre las hojas secas acercándose a él. A unos pocos segundos de atacar en defensa propia, esa voz lo detuvo...

-¿Risha? ¿Que te sucede? -le preguntó. ¿Mikael? ¡¿Que hacía él aquí?!

Sintió una mano tocar con delicadeza su espalda.

-¿Por qué estás llorando? ¿Que sucedió? ¿Te hicieron algo?

-Si... -respondió sin pensar aunque se arrepintió en el mismo segundo.

-¿Quién fue?

-Fuiste tú... -Mikael no lo entendió y frunció el seño bastante confundido-. Tu lo hiciste... -ladeó su cabeza y pudo ver la mordida en su cuello. Mikael se levantó del suelo histérico.

-Risha...

-¡¡Fuiste tú!! -le gritó- ¡¡Tu hiciste esto!! ¡¡Toda la culpa es tuya!!... -un gritó desgarrador salió de su boca raspando su garganta, Mikael quiso acercarse pero se contuvo-. Van a matarme por esto...

-No. -dijo-. No lo permitiré... -se interrumpió cuando Risha se levantó y lo miró con furia.

-¡¡Todo es tu culpa!! -volvió a gritarle sin saber que con cada grito el corazón de Mikael le daba un toque molesto que lo hacía morderse el interior de la mejilla con nervios. Risha bajó la cabeza lleno de tristeza cubriendo sus ojos-. ¿Sabes cuántas veces lo evite? ¿Por qué me haces esto a mi?

-Lo siento. -esa voz... Levantó la mirada y conseguirse a Mikael con los ojos rebosantes de lágrimas solo lo hizo sentirse mucho peor que antes-. No estaba pensando en ese momento... Perdóname... Risha...

-¡Señor, no haga eso! -soltó Risha con nerviosismo cuando Mikael se arrodilló frente a él llorando-. Señor levántese, por favor... -agarró sus brazos intentando que se levantará pero Mikael no quería. Si alguien más lo viera podría malinterpretar toda la situación.

-Perdóname, Risha... enserio, lo siento, tu lo sabes... tu me conoces Risha... tu me... -se interrumpió cuando Risha lo abrazó, acarició su cabeza escuchando al príncipe disculpándose por lo que había hecho.

¿Esto sería un efecto del ciclo? Nunca había visto al príncipe llorando, y ahora con la mínima pequeña cosa que le gritaba lograba hacerlo llorar y lamentarse.

Risha suavizó su mirada y solo pudo sentirse estúpido. Ni siquiera Mikael lo recordaba, ni siquiera era él en ese momento, le había reclamado actos a alguien que no tenía ni idea de lo que había pasado.