—¿Dónde pasas metido todas las noches?
—Eso no es asunto tuyo —respondo escuetamente a mi tía mientras me tomo un zumo de naranja que ha preparado para desayunar en su intento de ser una buena "madre".
—Claro que es asunto mío, y más cuando te pasas por ahí hasta altas horas de la mañana.
—No es asunto tuyo. Asúmelo: no eres mi madre —dijo tajante.
—Asúmelo tú. Lo quieras o no, ahora yo estoy a tu cargo. No seré tu madre, pero soy tu única responsable, así que tengo todo el derecho del mundo a saber dónde te metes de madrugada.
—No tienes derecho a nada. Si eres mi responsable, es porque no había otra alternativa, porque prácticamente eres una desconocida para mí.
ESTÁS LEYENDO
La chica que amaba las estrellas
Short StoryDaría lo que fuera por escucharte decirlo una vez más que el universo fue creado solo para ser visto por mis ojos. © OBRA REGISTRADA