Estampé mis labios contra los suyos, pero su respuesta no fue la que esperaba.
Sus labios no se abrieron con ansias para abrazar a los míos.
Simplemente estuvieron quietos y, en cuanto tuvo la ocasión, se separó desesperadamente. Cogió todas sus cosas y desapareció de aquel lugar.
Aquella noche pude escuchar cómo mi corazón se rompía.
ESTÁS LEYENDO
La chica que amaba las estrellas
Short StoryDaría lo que fuera por escucharte decirlo una vez más que el universo fue creado solo para ser visto por mis ojos. © OBRA REGISTRADA