36

777 97 5
                                    

Mi madre se había ido.

Se había ido y tenía que asumirlo.

No iba a volver por una larga temporada.

Aún no habían decidido los años de cárcel que le caerían, pero sabiendo que se declaró culpable ante un tribunal, no serían pocos.

Me sentía triste, enfadado y decepcionado a la vez. ¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué me había dejado solo de esa manera?

Ahora me tocaba preocuparme por algo más: ¿qué sería de mí?

Sabía que no iban a permitir que cuidara de mí mismo solo, así que me asignarían a algún tutor legal. Alguien que no sabía nada de mi y pretendería ser mi nueva madre.

Y eso era lo que más me jodía de todo esto.

La chica que amaba las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora