Ya era de día cuando regresé a casa. Me había quedado un rato pensando. La actitud de Anne me había dejado muy confuso.
Sin embargo, eso no podía quitar la felicidad que sentía. Habíamos pasado unos días geniales juntos.
Ella me hacía muy feliz.
Toda esa alegría se disipó en cuanto abrí la puerta de casa.
Todo estaba manchado de rojo.
Había sangre por todas partes.
ESTÁS LEYENDO
La chica que amaba las estrellas
Short StoryDaría lo que fuera por escucharte decirlo una vez más que el universo fue creado solo para ser visto por mis ojos. © OBRA REGISTRADA