Capítulo 8: Los juegos.

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Capítulo 8: Los juegos.

Tres meses después:

El rey Fergus había nombrado a Hipo como su hijo; su noviazgo con Mérida lo habían mantenido en secreto y todo estaba tranquilo en el reino, al menos por ahora. Se rumoreaba que los romanos habían atacado otros reinos del suroeste, pero que estaban alejados de Dumbroch.

-Qué dices amigo, ¿lo intentamos de nuevo? -consultó Hipo a su dragón con su nuevo traje, éste solo gruñó en respuesta. Hipo se dejó caer, y ambos comenzaron a caer en picada, abrió las aletas de su traje y comenzó a planear sobre los bosques de Dumbroch. Cinco minutos más tarde:

-Wow, eso fue asombroso -habló Hipo con entusiasmo, ya que era la primera vez que le salía correctamente-. Chimuelo, ¿tú crees que sea momento de decirle al rey de el noviazgo de la princesa y yo? -preguntó a su Dragón, que además de mascota era un gran amigo.

-Yo creo que sí. -Hipo enseguida reconoció la voz, se dio vuelta y vio a Mérida con Angus, su caballo-. ¿Por qué no se lo decimos esta misma noche? -propuso bajando de Angus y acercándose a Hipo para darle un corto beso.

-Yo creo... que sería una... buena idea -mazculló Hipo en la boca de Mérida.

-Entonces en la cena -concretó mientras subía a Angus-. Una carrera hasta el Castillo.

-¿Quieres perder? -dijo Hipo divertido. Subió a Chimuelo y empezó la carrera. Dios sabe quién la ganó.

En la cena:

Todos estaban comiendo en "silencio" y Elionor leía unas cartas recibidas esa misma mañana.

-Tengo algo importante que decirles -dijo Elionor y Mérida al unísono-. Habla tú primero, máma -agregó Mérida.

-¡Todos aceptaron! -proclamó Elionor feliz y Fergus se atoró con la comida que acababa de ingerir.

-¿Aceptaron qué? -preguntó Hipo confundido, mientras tomaba un poco de agua.

-Hipo, tú te vas a casar con Bella. -Al escuchar estas palabras Hipo escupió toda el bebida en la cara de Mérida, la cual estaba muy impresionada.

-¿Qué? -gritaron Hipo y Mérida al mismo tiempo.

-Y tú, Mérida -continuó ignorando los reproches por completo-, te vas a casar con uno de los hijos de los lords -declaró Elionor-; los juegos se harán en una semana.

-Mamá, tú no me puedes obligar a casar con alguien que no amo -protestó la rebelde pelirroja, furiosa, mientras se retiraba de la mesa; Hipo también se retiró enojado, aunque intentando calmar su cólera.

Con Hipo y Mérida:

-¿Por qué nos tenia que pasar esto justo ahora? -dijo Mérida llorando en el hombro de Hipo.

-Tranquila, todo se va a solucionar -dijo éste pasándo la mano por su cabello.

-Yo no podría estar lejos de ti -susurró Mérida con la voz cortada -. No podría.

-Por nada en el mundo dejaré que pase ¿sí? -Mérida asintió y secó las lágrimas que habían corrido por su mejilla. Hipo le dio un pequeño beso en la frente y ambos se hundieron en un fuerte abrazo, como si éste fuera el último.

Un día antes de los juegos:

Fergus estaba sentado en el trono. A un lado de él se encontraba Elionor; Hipo y Mérida estaban a los lados de éstos, y los lords al frente con sus hijos.

-Bueno -comenzó Fergus-, solo un príncipe de cada clan podrá jugar en los juegos por la mano de la princesa -dijo y a Mérida le llegó una astuta idea a la mente. Esperó a que terminase la fiesta de bienvenida y fue a buscar a Hipo.

-¡Hipo! -Hipo estaba con Chimuelo, mirando al horizonte. Cuando se percató de su presencia, y la miró, se podía observar como sus ojos estaban cristalinos-. Tengo la solución -informó emocionada y feliz.

-¿Cuál? -preguntó Hipo, con un toque de esperanza.

-Papá dijo que solo un príncipe de cada clan podría participar -hizo una pausa-, ¡y tú eres un príncipe! -exclamó alegre y abrazó a Hipo.

-¿Pero si no gano los juegos? -cuestionó la idea con desilusión.

-Yo elegí arquería -dijo Mérida-, y te he estado enseñando por tres meses, vas a ganar. -Sonrió.

En los juegos:

Solo faltaba uno de los príncipes tirar y ninguno había dado en el centro. Hipo iba a aparecer a lo último; cuando terminó de tirar, Hipo se levantó de su asiento, rumbo al área de tiro.

-¿Que haces, amor? -preguntó Bella, éste siguió caminando sin intenciones de prestarle atención.

-Yo, príncipe del clan Dumbroch, me presento para jugar por la mano de la princesa -proclamó Hipo con altas voces para que todos escucharan, Fergus miró feliz, ya se había dado cuenta de su relación, pero Elionor lo miraba enojada.

Los justicieros de dragones (mericcup)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora