Capítulo 11: El suceso de lo inesperado.

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Capítulo 11: El suceso de lo inesperado.

Hipo pasó por encima del ejército, le tiraron algunas flechas, pero ninguna estuvo cerca de darle; dio una mirada más amplia y era un ejército enorme, entró al castillo y aterrizó enseguida donde estaban Fergus y Mérida.

—¡¿Que te pasó en la cara?! —preguntó Mérida un tanto preocupada.

—Estoy bien —dijo Hipo—. Los ejércitos de los clanes no van a llegar —informó apenado.

—¿¡Por qué!? —preguntó Fergus desesperado.

—El clan de Jorge mató al mensajero —contestó Hipo.

—Sí, pero seguro ya llegó el rumor —aseguró Fergus—, no tienen que tardar. —Hipo negó con la cabeza.

—Si se diera el caso de que vinieran para aquí, tendrían que pelear con el clan de Jorge en el camino —explicó Hipo.

—¡Qué!, ¿tienen el ejército preparado? Espera, eso sig... —No pudo terminar porque Hipo lo interrumpió.

—Sí, están aliados con los romanos —dijo Hipo con tristeza—, y eso sí es mi culpa, si me hubiera casado con Bella nada de esto pasaría.

—Te equivocas, hubiera hecho el trato igual, él siempre quiso el castillo de Dumbroch, eso debe haber sido una de las cosas que pidió a cambio de su ayuda —dijo Fergus y Hipo se sintió un poco menos culpable.

Toda la gente de Dumbroch estaba tras las murallas del castillo, los romanos ya habían preparado las catapultas y todo el ejército estaba preparado para la batalla. No se demoraron más y las catapultas empezaron a disparar y los soldados trataban de trepar las murallas; Mérida disparaba con su arco sin fallar ningún tiro, si todos los soldados de Dumbroch dispararan como ella, no habría problema, pero no era así.

—Vamos, Chimuelo —dijo Hipo a su dragón, ambos se elevaron por encima de las nubes y empezaron a caer en picada haciendo el sonido característico del furia nocturna, todos los soldados se sorprendieron, ya que nunca habían visto un dragón. Chimuelo dio su clásica voltereta y tiro tres disparos de plasma volando en pedazos tres catapultas.

—Consígueme uno de esos —dijo Fernando a su ayudante con la boca abierta de la impresión.

Hipo dio una vuelta y destruyó tres catapultas más, pero después se tuvo que retirar por el limite de tiros. Mérida peleaba ferozmente arriba de la muralla del castillo, cada vez eran más enemigos.

—¡Princesa corra! —dijo el guardia pero Mérida siguió peleando— Princesa huy... Uh. —No pudo terminar porque le enterraron una espada en el abdomen; la chica sacó una espada de un cuerpo que allí yacía, y empezó a pelear contra dos al mismo tiempo, con un movimiento rápido le cortó el vientre a uno y al otro le enterró la espada en el pecho. Pero cuando miró para su costado venían muchos más, aunque fuera valiente era un suicidio quedarse ahí. Corrió rápido al centro donde Grum, Hipo y Fergus estaban discutiendo.

—¿Qué pasa? —preguntó Mérida llegando.

—Mérida tienen que irse —dijo Fergus—, las murallas no soportaran mucho más, Dumbroch va a caer.

—Si Dumbroch cae, yo voy a caer con... —Mérida no pudo terminar porque Grum le pegó con el mango de la espada de la nuca, Hipo agarró rápidamente a Mérida para que no cayera, pero no sirvió de nada porque él también recibió un golpe en la nuca por parte de Grum; Fergus lo quedó mirando con reproche.

—¿Qué? —preguntó Grum alzando los hombros.

—¿Sabes manejar esa cosa? —preguntó Fergus.

—No, pero todo se aprende —dijo Grum como si nada.

Subió a Hipo y Mérida en una especie de red, se la enganchó en la garra de Chimuelo y salió volando.

Dos horas después Dumbroch cayó a manos de los romanos, Fergus y Elionor fueron capturados y encerrados como prisioneros.

—¡Por última vez te lo pregunto!, ¿dónde está el príncipe y la princesa? —preguntó Fernando a Fergus que tenía toda la cara lastimada y ensangrentada por la torturas que le estaban efectuando.

—Se fue, y no sé a donde; y si supiera, no te lo diría —dijo Fergus y le escupió la cara, Fernando le dio un puñetazo y lo dejó inconsciente.

Grum iba volando en Chimuelo por arriba del océano, Hipo y Mérida aún no despertaban y el dragón estaba muy cansado, tenían que encontrar tierra rápido porque no iba a poder aguantar tanto peso.

De repente un dragón de cuatro alas apareció delante, provocando un gran susto a Grum.

Los justicieros de dragones (mericcup)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora