Mi Bloody Mary

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Chandler

Mary On A Cross
Ghost 🎶💫🖤

Es la canción muy hermosa y por ende, a mi curioso parecer representa la creciente certeza que esta floreciendo en nuestro Chandler.
Espero puedan escucharla y disfrutar de su bella melodía.

Si alguien hubiera dicho alguna referencia a esto por medio de señales de humo, código morse o alguna mierda parecida, me hubiera reído en su cara...

¿Es esto real?

Su ardorosa cercanía me demostraba que si.
Me muevo con ella dando traspiés. Hay una bruma espesa que cubre mi maldito cerebro. Su olor esta en todas partes y tengo sus piernas enrolladas a mi cintura y eso no es buena idea.
Algo se endurece entre mis pantalones.
¡Mierda!
Esto no puede suceder.
Ella es solo una niña.
No pienso tocarla.
Sus manos se mueven sobre mi con una exquisita delicadeza y ese tacto sutil deja un ardiente camino de fuego dentro de mi.
Ahogo un gemido.
Deseando mas.
Algo palpita en mi entrepierna.
¡Ni por todo el jodido oro del mundo!

Ella es solo una niña, perdida y asustada.
Es solo una niña.
Es solo una niña...
Con rostro demasiado aniñado, con ojos expresivos y brillantes y ese detalle minúsculo había captado mi atención cuando la conocí. Su larga cabellera negra era como una especie de halo oscuro que cubría a la perfección su cráneo y destacaba de una manera interesante su piel pálida.
Y como si fuera una broma cruel acuden a mi mente imágenes que me retuercen las tripas.
El recuerdo de ella con sus brazos alrededor del cuello de aquel idiota cara de pene me enoja con excesiva facilidad. ¿Quien coño sera ese estúpido en su vida?
Beth parecia muy feliz de verlo.
Y yo como un maldito imbécil en medio de los dos mientras se besaban.
Quería volarme los sesos en ese momento mientras presenciaba aquel intercambio amoroso.
O mejor aun, ¿Porque no volarcelos a el?
¿Porque no amarrarlo a una silla y romper cada uno de sus dedos de niño bonito? ¿O golpear su cara tantas veces que sus facciones sean irreconocibles?
Porque sea como sea su patético encuentro me hería de una forma que jamas había imaginado posible.
Sobretodo porque tenia una sospecha.
El los dejo.
Tanto a ella como al niño.
Y la certeza de eso me enerva la sangre al recordar las circunstancias en que me encontré con el pequeño y con Beth.
Un sentimiento posesivo se apodera de mi.
De repente, quería apartarla de el. Traerla del brazo así fuera a la fuerza y ocultarla de su vista. Pero como podría hacer eso si yo no podia intervenir entre los dos.
¿Podría ser ese tipo su novio?.
Nadie va por ahí besando a cualquiera.
Ni siquiera quise seguir mirándolos, simplemente me fui.

Al cárajo con todo..
Entonces aquella chica, la de aspecto duro, ni siquiera recuerdo su nombre revoloteaba por todos lados donde estuviera y honestamente el sentimiento de frustración no me permitía pensar. No paso gran cosa, solo un par de besos de su parte.
Ni siquiera le correspondi.
Mi mente estaba en otro lugar.

Estoy enojado por eso.
Me hierve la sangre en las venas.
Es como lava de un volcán.
Ella va y lo besa y luego viene y me besa a mi.
Joder, esta chica si que es algo dificil de entender..
¿Me estará utilizando?
Quizás podría permitirle que me utilice..
Siento sus labios tan suaves y dulces.
Estoy malditamente hipnotizado.
Se que esta perdida.
Se que esta herida
Y yo solo quiero estar cerca.
Demasiado cerca tal vez.
Mierda, esto no me gusta.
Doy pasos inseguros cerca de la orilla del lago.
Debo hacer algo o esto no terminara bien.
Debo hacerlo o podría tomarla ahora mismo.

-¡Maldita sea, ya basta!- Digo entre dientes rompiendo el beso y la dejo caer entre el agua como un saco de papas.
Beth patalea mitad sorprendida mitad inconforme. Sus bracitos pálidos descansan a cada lado.

-¿Que pasa contigo?-
Pongo cara de pocos amigos.
-Deja de comportarte como una estupida colegiala ebria y concentrate en tu hermano, joder!

Digo mientras me resuelvo en algo en concreto.
Me ajusto los malditos pantalones de una forma sutil para que ella no vea el efecto que causo en mi. La dureza de mi propia erección dolorosamente silenciosa. Rebusco en mi bolsillo y lanzo una pequeña hoja reluciente al suelo.
Ella se retuerce y muestra el dedo del medio, incapaz de darse cuenta de lo que me ha echo.
Trato de respirar apasiguadamente y aprieto los dientes concentrandome en cualquier otra cosa menos en ella.
Entonces lo veo. Algo escondido entre las sombras, observandonos desde los arbustos.
Frunzo el ceño y finjo no darme cuenta así que vuelvo a mirar a Beth.
Su rostro rojo como un tomate maduro.
Por lo menos me complace ver que sus emociones siguen ahí.
Y no se ha convertido en un cascaron hueco y sin vida.
Pese a que la luz que había en sus ojos ya se ha ido.

El Club De La Dimensión MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora