El Club De La Dimensión M

Control de daños

                              Abby

Estoy gritando con toda la fuerza que puedo al tiempo que corro en linea recta hacia el, hacia Conar, con el objetivo de que ese hombre enorme deje de levantarlo del cuello. Tengo tanto miedo, mis propias lágrimas lo atestiguan; aun así no estoy dispuesta a abandonar a Conar.
No lo haré, nunca.
El esta luchando, le da puñetazos en el antebrazo a su captor, pero este ni siquiera se inmuta.
Aprieto la pistola en una mano, con la esperanza de utilizarla así no tenga balas.
Entonces veo en sus ojos, la advertencia de que no me acerque mas, es casi un gesto suplicante.
Pero no me importa si Conar esta de acuerdo o no.
Estoy dispuesta a arriesgar todo pese a que se lo que quiere que haga, pero me niego.
El continúa peleando pero a duras penas sus golpes sirven de algo contra la fuerza bruta del grandulon con  gabardina.

—¡Sueltalo, maldito!—Grito.

El hombre de gabardina, se vuelve a mirarme. Parece una enorme estatua, imponente, en su mirada hay indiferencia pero tambien algo mas..
—¿Y sino que vas hacer?
Su voz grave resuena como ondas dentro de la habitación. Debería retroceder, echar a correr y salvarme de esta amenaza.
Pero realmente ¿eso estaría bien?
Cada celula de mi ser grita al unísono una respuesta que ya se.
— ¡Yo misma te mataré!—Vuelvo a gritar.
Aquel hombre me observa con seriedad hasta que sus carcajadas suenan como horribles toques de campana y añade.
—Creo que no es bueno para ti, amenazarme  en vano, muchachita...

Esa respuesta hace que mi ira aumente.
Ahora ya no tengo miedo, estoy demasiado enojada como para eso.
Asi que me impulso hacia atrás y de un movimiento ligero, arrojo la pistola con fuerza hacia el, igual que lo haria un jugador de beisbol.
El arma sale volando, dando giros como un boomerang distorsionado cortando el aire con exquisita rapidez y se estampa en el rostro de aquel hombre de aspecto temible.

De forma súbita, percibo la palidez del rostro de Conar, es como si la sangre hubiera escapado de el. 
Pienso en lo peor conforme pasan los segundos.
Acercándome a mi objetivo, extiendo mis brazos y salto buscando llegar al cuello del hombre que ahorca a Conar. Con suerte eso distraerá lo suficiente y por tanto soltaría a Conar.
Lo complicado vendría después.
Ya veríamos como resolverlo. Lo único que verdaderamente me importa en este momento es liberarlo.

Salto decidida y estrello mi cuerpo contra el, con tanto ímpetu  que los tres caemos al suelo del impacto.
Aturdida escucho toser a Conar, y como puedo me arrastro hacia el.
La cabeza me da vueltas y siento ganas de vomitar.
—¿Porque hiciste eso?—Dice jadeando.
—No voy abandonarte—Contesto entrecortadamente.

Conar intenta sonreir y envuelve sus brazos a mi alrededor de manera protectora cuando ve que el hombre gabardina se yergue sobre los dos.
—¡Impresionante! ¡Cuanta determinación la de esta mujer!...

Ruge.

Tiemblo cuando el ruido de sus manos chocando entre si, en soberbios aplausos

— Veamos si es tan dura como parece..
Anuncia y lanza una patada contra las costillas de Conar.
Su grito lleno de dolor hace que mi corazón se retuerza.
Aun así, me aparta a un lado y se levanta.
Conar, no parece tener miedo.
Su espalda recta y su mandíbula dura lo confirman. Esta decidido a enfrentarse al grandulon y eso me asusta. Esa sensación desagradable permanece ondulando en la boca del estomago como un destello previo al desastre.
Entonces un brazo se enrrolla en mi cintura y tira de mi, levantando mi cuerpo con brusquedad; mientras una mano enorme aprieta mis fosas nasales con fuerza.
Me retuerzo pero es inutil.

—Sera mejor que estes quieta...
Esa voz se filtra en mi oído no con amenaza sino como una confirmacion de algo mas.

El chico de pelo azul se acerca con algo entre las manos y una sonrisa juguetona en su rostro.
¿Acaso piensa que con sonreír va hacer que confíe en el?
Quiero tanto arañarle esa cara de niño bueno. O sacarle los ojos, si es posible.
Lucho con desesperación utilizando mis manos, hundiendo mis uñas en el brazo que me mantiene atrapada.
El hombre que esta sometiendome se queja de dolor pero no me suelta.