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KANAME
Sus besos, aquellos besos que me desarmaban por completo y me hacían sentir tan placentera con deseos de más,
Sus besos era como la anestesia perfecta para olvidar todo el amargo que estaba viviendo, sus besos era como la perfecta dosis que mi cuerpo necesitaba para poder seguir con vida.
Sí, eran tan perfectos que después que él dio un paso hacia atrás alejándose, sus ojos todavía cerrados como si lo que acababa de hacer fuera regalarle la mejor arma de guerra a su enemigo, haciendo que su victoria sea segura.
—Debo suponer que ahora me odia, — me animé a iniciar la conversación, — señor Thomas, yo...—
Me detuve a toparme con aquellos ojos marrones fríos y calculadores, su mirada volvía a hacer de alguien que estaba planificando su próximo asalto, o eliminar a su siguiente víctima.
El señor Thomas se acerco hacia mi de nuevo, me tomó por la cintura y con un movimiento brusco hizo que nuestro labios se volvieran a juntar, pero esta vez se sintió diferente, esta vez se sentía mal. Como si fuera por instinto, junte mis dos manos hacia el pecho del señor Thomas y lo empujé lejos de mí, haciendo que él retrocediera varios pasos.
No sabría decir qué fue, por qué tenía la fuerza suficiente para alejar al señor Thomas, —un hombre que era como una montaña para moverlo— o simplemente fue él mismo retrocedió.
— Lo sien...— me quise disculpar, pero mis palabras se desvanecieron en el aire a ver que en su mano izquierda, sostenía una daga que nunca lo había visto usar.
Solté un jadeo de temor a darme cuenta lo que el señor Thomas planeaba hacer, me quería matar eso estaba seguro.
Cada vez que me sentía en peligro, salía corriendo, pero en este momento, mis instintos de supervivencia reconocía que no importaba hacia dónde y cuan rápido corriera, el señor Thomas me podría atrapar con mucha facilidad, sería un intento fallido de mi parte.
Él sostenía la daga con fuerza, mientras su mirada se enfocaba directamente a mi, era extraño, porque a pesar que me prestaba toda su atención, era como si estuviera dentro de sus pensamientos desconectándose por completo de la realidad, haciendo que me planteara la idea de escapar,
¿Pero a dónde iría?
¿Tal vez debería hacerle caso a Nailón?
No, Nailón nunca será una opción, no hasta que me revele toda la verdad de sus razones por haberme apartado de su vida, sabía que existía más, pero que él se negaba contarme.
— No te detendré si te vas con los Kingerthons — dijo el señor Thomas volviendo en sí, y con un ágil movimiento guardo su daga, — maldito hijo de puta de Pablo, tenías razón. — Bufó de mala gana, mientras miraba hacia el bosque donde nos encontrábamos.
— ¿En qué el señor Pablo tenía razón?— solté sin pensar muy bien mis palabras.
El señor Thomas me miró por unos segundos como si estuviera a punto de contestarme la pregunta que le había hecho, pero luego negó ligeramente la cabeza como si se estuviera teniendo una batalla dentro de él.
Había una parte de mi que me decía que tenía que correr, tenía que alejarme de él, pero había otra parte, que tal vez era la más estúpida, que me dejaba esperando algo, algo más del señor Thomas. Reconocía que aveces soñaba como esas historias que leía Luna, donde el chico frío se enamoraba de la chica correcta y con ella todo era diferente, cuánto había deseado cada noche que mi vida fuera como aquellas historia, pero no, no era así, el señor Thomas no era como esas historias.
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El Vampiro & La Bella (Saga Vermont I )
VampireCuando ayudas a alguien... puede ser... Que ese alguien, te ayude toda la vida...