El Vampiro & La Bella (Saga Vermont I )

Capítulo 53 ( La marca del deseo)

KANAME

Había pasado una semana y medio, me había recuperado muy bien, solo tenía algunas cicatrices, que según Alice si me aplicaba el set de cuidados que ella me había comprado, pronto con el tiempo también se irían.

Estaba mejor físicamente, pero mi mente cada vez sentía que estaba sobrecargada, era muchas cosas que me estaban pasando y todavía  no he podido contactar a Luna.

Daniel después de lo paso tampoco me ha escrito, le escribí un día y no obtuve respuesta. Le contaba algunas cosas a Alice, pero no me confesaba por completo , por ejemplo, nunca le mencionaba nada referente a los sentimientos que tenía por su hermano.

Con Luna, si lo hacia. Y ahora como anhelaba escuchar su voz chillona cuando se emociona por un chisme, o su cara de disgusto cuando algo no sale como ella quiere.

Según David y Tony me habían dicho, Luna estaba pasando por un momento difícil, pero yo quería estar ahí para ella, cuando ella muchas veces estuvo para mi. Nunca fui a su casa , siempre ella me decía que era aburrida y solitaria, así que siempre prefería la mía.

Y aunque he preguntado su dirección,  nadie me la ha querido dar.

En estos días he estado viajando con el señor Pablo y Alice, al parecer teníamos que llegar a un lugar muy importante y que tenían que hacer un encargo que no hablaron conmigo respecto a eso.

Solo había visto al señor Thomas dos veces en estos días, a veces no sabía cómo reaccionar delante de él, más optaba por saludarlo porque al parecer solo me ignoraba o me miraba unos segundos para luego seguir su rumbo.

Algunas veces desearía poder saber qué le pasa por la cabeza y cómo es que debo reaccionar a la manera que me trata ¿Hay algo entre nosotros o no? Porque también estaba con Amaya y esa relación estaba más que oficial para todos, tal vez solo fue una reacción de momento aquel beso, aunque se ha repetido varías veces.

Dos días después, llegamos a un pueblo llamado Heirllern, se me hizo imposible lograr pronunciarlo bien, a pesar que Alice me lo repitió varias veces. El pueblo era pequeño, además de que no había tantas casas alrededor, cuando llegamos me indicaron que me tenía que quedar en el vehículo, hasta que ellos volvieran.

Las calles no eran concurridas por transeúntes, saqué el nuevo celular que me habían comprado y comencé a tomar fotos del lugar, las casas de piedras con plantas y flores enredadas entre ellas le daban un toque hermoso a todo el lugar.

El señor Pablo y Alice habían entrado a una tienda con la misma estructura, lo único que está era más grande y contaba con tres niveles. Varios minutos después, Alice volvió abriendo mi puerta y haciéndome seña para que bajara del vehículo,

— Está cayendo la noche, nos quedaremos aquí — me dijo mientras abría el baúl.

Miré al cielo que todavía estaba el sol radiante y volví a mirar hacia ella, estaba consciente de que no llevaba la hora durante el camino, pero estaba más que claro que "cayendo la noche" no estaba, más parecía que fuera las 12 del medio día.

— En este pueblo nunca anochece — me explicó cómo si pudiera leer mi mente.

— ¿A caso eso es normal?

— Hay pueblos que tienen su gracia — aquello no lo dijo como un cumplido, más bien fuera como si estuviera hablando de una maldición.

La ayudé a bajar algunos bultos del vehículo, hasta que me detuve a ver una camioneta negra que se estaba acercando; Alice se puso rígida por unos segundos, pero luego se calmó.

La camioneta se detuvo cerca de nosotras, no se podía visualizar nada por dentro, pero los pasajeros comenzaron a bajar, el primero fue Claus con una sonrisa de oreja a oreja, Jake , Elibeth , era una primera del señor Thomas, pero solo la había una sola vez en mi vida y fue cuando tenía 14 años o eso creo , lo cual me parecía extraño que estuviera aquí.