El Vampiro & La Bella (Saga Vermont I )

Capítulo 61 ( La disculpa de Kaname)

Capítulo narrado por Thomas, aprovéchelo que no es muy común 😰😂🧡.

THOMAS

— ¿Tienes algo que decirme? — Le pregunté a Pablito, era la tercera vez que me miraba como si algo no lo dejara tranquilo.

Estaba acostumbrado a ese tipo de mirada, era como si los demás no le era suficiente lo que les decía, querían saber más. Si ellos supieran lo que pasaba por mi mente cuando veía ese tipo de expresión.

— Vamos, Pablito, cuéntame — insistí aunque en espera que él se equivocara y me preguntara.

Él me miró por unos segundos para luego volver a mantener la mirada en los documentos que tenía en las manos.

Hombre inteligente.

Seguí afilando una de mis dos cuchillas favoritas, siempre las cargabas aunque muy pocas veces las usaba, solo la llevaba como un adorno que de vez en cuando me encantaba mancharla de sangre.

Segundos después alguien tocó a la puerta,

— Esteban — se reportó. Lo sabía desde antes de llegar a la puerta.

Asentí para que entrara, pero era de suponer que él no se había dado cuenta, por lo que Pablito fue que hablo.

— Puedes entrar — dijo Pablito todavía manteniendo su mirada en el documentos.

Esteban entró haciendo un leve gesto de reverencia hacia mi, para luego acercarse más con unos folletos en manos; desde que Pablito lo vio maldigo en voz baja, él odiaba lidiar con ellos, lo sabía, pero no me importaba.

— ¿Qué demonios ha ocurrido? — Escuché a Esteban hablar en un tono sorprendido y en espera de repuesta. — ¿Primo cómo fue que Kaname ha herido a Amaya? ¿Eso no es una locura?

Primo. Siempre usaban término familiar conmigo como si de esa manera sería más condescendiente con ellos, patético, eso nunca hacía la diferencia. No me importaba quitar de mi camino a cualquiera sin importar si era mi familiar o no, diversión me entra saber que muchos piensan lo contrario.

— ¿Ha ocurrido algo con Kaname? — Continuó preguntándome. — ¿La embrujaron o algo por el estilo? Primo. — Me llamó para obtener mi atención.

¿En serio quería mi atención?

No creo que le guste tenerla.

— Fui a ver a Amaya pero se ha negado contestar mis preguntas — habló sin detenerse.

El filo de mi cuchilla afilada era sorprendente.

— ¿Y tú no dices nada Pablo? — Preguntó Esteban.

— Lo mejor es saber cuándo callar — mencionó Pablo con un suspiro.

No escuché más, Esteban seguía preguntando mientras yo decía si guardarla o darle un brillo más radiante a mi cuchilla.

Pensé que tomaría más tiempo en pensarlo, pero ya el filo de la cuchilla había entrado al hombro izquierdo de Esteban, haciendo que este soltara un sonido que placentero de dolor, para luego hacer una expresión como si aquello no le dolía.

Lo sabía, si le dolía, podía olerlo y sentirlo. Me gusto.

Las cuchillas que llevaba no eran comunes, a pesar que te la retirara el dolor seguiría y a pasar las horas se iría aumentando, por lo menos por dos días, eso era la parte mala, que no dura lo suficiente.

— Tienes mi atención, Esteban —dije ahora mirando cómo mantenía una expresión calmada cuando en realidad no lo estaba, — ¿Cuál de todas las preguntas que has hecho quieres que yo conteste?