Capítulo 60 (Entrenamientos)

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PUBLICADO EN DICIEMBRE 2014

Editado 2022

CAPÍTULO 60 (El entrenamiento)

PABLO

— ¿Te puedo ayudar en algo? — Le pregunté a Bellidandy.

Estaba en uno de los salones de reuniones chequeando algunos documentos que me tocaban revisar, lo odiaba, no era un hombre de estar sentado en una mesa rodeado de papeles, así que estaba apurado por terminar.

Bellidandy tenía unos minutos caminando de un lado a otro en la sala mientras se quedaba mirándome con suspicacia.

— ¿Sabes qué pasó con la reacción de Thomas con Kaname? — Se acercó hacia mi para susurrarme.

Fruncí el ceño.

— No entiendo.

— No te hagas el idiota Pablo, los soldados estaban hablando que Thomas estaba muy molesto porque Kaname había sanado a varias personas de ese lugar — señaló una de la ventana del salón indicando las afuera del lugar.

Aparte el papel que tenía en mis manos para interesarme más en la conversación,

— ¿Y qué más han dicho?

— Que Thomas quería matar a todos lo que fueron sanado por ella, es algo estúpido ¿No? — Hizo una mueca.

— ¿Ellos hablaron de la manera que ella lo hizo? — Cuestioné, era mejor estar al tanto de quienes Sabino o sospechaba del caso.

— Con hierbas medicinales — su respuesta vino rápido.

Asentí con la cabeza y tome de nuevo el documento que había tenido en la mano.

— ¿A caso no me vas a decir por qué Thomas estaba enojado con ella?

— Lo conoces, él siempre está enojado — respondí sin apartar la vista de todas las letras que tenía el documento, aunque la verdad no había leído nada después que había llegado Bellidandy a interrumpir.

— No te hagas Pablo, sabes muy bien de lo que hablo, — él se enojó con ella, todos lo saben y hasta vi cuando venía hacia acá que ella le estaba suplicando ¿Tal vez para que la perdonara?

— Oh, así que lo hizo — pensé en voz alta lo que hizo que Bellidandy abriera más los ojos y se acercara a mi.

— ¿Hacer qué? — Ella pregunto muy interesada.

— ¿Suplicar no? Lo acabas de decirme eso — Levante ambas cejas y sonreí , ella puso una mala cara a ver que yo solo me lo tomaba en chiste.

No dudaba que la mocosa suplicara, pero estaba seguro que no era por ella, más bien, suplicaba para asegurar la vida de ese chico, que solo por el hecho de que sea un chico se lo ponía fuerte la situación. Me reí solo de pensarlo.

Pero la verdad era, que la única persona que podía detenerlo, era ella.

— No informas nada — dijo en queja.

— ¿Entonces para qué has venido?

— Porque Claus no me dijo nada y pensé que...

— ¿Y pensaste que yo era más fácil de sacar información que Claus? — Me burlé de ella, — ¿Esta bien?

—Ahora que lo pienso... — Negó con la cabeza para luego maldecir e irse.

Me reí un poco para luego volver a lo que estaba haciendo, esperando que pronto pudiera terminar.



El Vampiro & La Bella (Saga Vermont I )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora