El Vampiro & La Bella (Saga Vermont I )

Capítulo 22 (Duendes... ¿Personas pequeñas?)

Capitulo 21 (Duende... Personas pequeñas?

Canción : Centuries - Fall Out Boy

Al llegar a la casa, me ordenaron a tomarme un baño, me alegraba mucho poder regresar a la casa, este era el sueño que tenía hace mucho tiempo, volver a mi casa. Asentí para luego irme con una de la chica que ayudaba en la casa, era nueva, nunca la había visto antes, se presento muy amable y me dijo que su nombre era Bianca, era muy simpática.

Me llevo a la habitación y luego de ayudarme a quitar la ropa entramos a la bañera, tenía varias heridas en mi cuerpo, la señorita Bianca se quedaba mirando las heridas como si ella fuera la que aguantara el dolor, no me dolía tanto, solo me eran un poco molesta. Me cepillé los dientes, me puse mi ropa interior y luego una bata larga azul clara con lunas de decoración y luego ella me sentó en una silla frente al espejo para peinar mi cabello tomando su tiempo de desenredar todo. Era un desastre, pero ella supo manejarlo muy bien.

Me comienzo a reír mientras me veo en el espejo.

—  ¿De qué se ríe señorita? —  Me pregunto con una sonrisa en su rostro, para luego bajar la cabeza en forma de disculpa. —  Disculpe no debí preguntar.

—  Bianca, eres mi amiga. —  Negué con la cabeza sin dejar de sonreír. —  Solo me parece ahora chistoso que use una bata con lunas.

—  ¿Y qué es lo chistoso? 

—  Conocí una nueva amiga que su nombre es Luna. —  Señale una de la luna de mi bata. —  Es muy linda y espero que seamos mejores amigas para siempre.

Bianca no dice nada, solo se mantiene cepillando mi cabello con una sonrisa a media.

—  ¿Tienes mejor amiga? —  Quise saber.

—  No, señorita.

—  ¿Has tenido alguna vez? —  Me quedaba viéndola un poco incomoda con el tema.

¿Pero por qué? La amistad era algo lindo y ahora tengo dos amigos.

—  Si, señorita.

—  ¿Y qué paso? —  Pregunte esta vez girándome hacia ella.

Luego de un suspiro triste, me contesto

—  Se mudo con el hombre que me iba a casar. —  Respondió en voz baja y yo me quede con la boca abierta.

—  ¿¡En serio!? ¿¡Por qué ella hizo eso!? —  Estaba indignada con esa confección, no se supone que los amigos no se hacen eso.

—  No creo en la amistad. —  Continuo hablando con cierto rencor. —  Los amigos siempre te traicionan y mientras más lo entra a tu corazón, más daño te hacen y... —  Se quedo callada para verme con sorpresa. —  Perdóneme señorita, me he sobrepasado, le pido me disculpe. —  Agachaba la cabeza. —  Por favor no llore.

—  Perdí a un amigo y si se siente feo. —  Dije sin controlar mis lágrimas. —  Y cuando tenga un hombre para casarme Luna me lo quitara y entonces...

—  No, no, no. —  Me interrumpió negando con la cabeza. —  Por favor en serio discúlpenme. —  Miro hacia la puerta de mi habitación con cierto temor. —  Si el señor de la casa se entera que te he puesto de esta manera.

—  La amistad hace daño. —  Termine de decir mientras ella me limpiaba las lágrimas con un pañuelo que busco.

Bianca negó con la cabeza.