El Vampiro & La Bella (Saga Vermont I )

Capítulo 34 ( Es problema del mango)

Si llega a los 100 me gusta, publico el siguiente mañana 🧡

Capítulo 34  (Es problema del mango)

— ¡Noooo!¡Estoy tarde! — Grite parándome de la cama a toda prisa para entrar al baño.

Me bañe y me cepille los dientes tan rápido como pude ¿Cómo mi alarma no había sonado?

¿¡Y por qué nadie me despertó!?

Salí corriendo del baño para luego ponerme mi uniforme, miré el reloj con angustia para comprobar que eran las 8:06 am , si tenía suerte me dejarían entrar en la escuela. Claro que tendría que llamar a Alice en el camino para que me den un permiso de entrada.

Nunca me había costado tanto ponerme mi uniforme hasta este día, todo se me hacía más complicado de ponérmelo, hasta la media no me querían encajar.

¿¡Por qué no sonó mi alarma!?

No me dio tiempo de peinarme, solo recogí algunos útiles y lo entré en la mochila para luego colarla en un hombro, me acerqué al armario y saqué mis zapatos escolares.

Salí corriendo en busca de mi nuevo chófer, el que tenía había renunciado al trabajo — eso fue lo que me dijeron — así que ahora mi nuevo chófer se llamaba Edward.

Una vez Alice me aconsejó que no me encariñara con las personas de servicio del hogar, porque casi siempre abandonan el trabajo antes de que pasara un año, ya comenzaba a sentir que era cierto.

Pero no entendía por qué, recuerdo una vez que Bianca me dijo que el pago de su sueldo era muy alto y que le gustaba su trabajo por aquello.

Dejé de pensar en eso y corrí en dirección a la segunda cocina de la casa, ahí estaban algunos personal desayunando, así que encontraría a mi chófer.

Cruce por el salón principal rápido y me detuve cuando escuché que alguien me llamaba,

— Kaname. — Esa era la voz de Alice.

Alice estaba en casa...

¿Por qué no me había levantado?

Me devolví caminando de espalda, para contemplar que en el salón del comedor principal de la casa, estaba lleno.

Eso era raro, tenía mucho que no los veía a todos y menos un día de semana.

— ¿Alice... —

— ¿Hacia dónde vas pequeña? — Me preguntó sosteniendo una copa de agua en su mano y señalando hacia mi.

En la mesa estaban, el señor Pablo, Claus, Jake, Esteban, Bellidandy, Amaya, Mia, Lion, Alice y una mujer que solo la había visto en varias ocasiones, su nombre era Cecilia.

— Y con ese uniforme — Se río Claus mirándome con diversión.

Fruncí el ceño.

— Voy a la escuela, estoy tarde — recordé ajustando más mi mochila a mi hombro. — ¿Puedes llamar para que me dejen entrar tarde? — Le pedí a Alice.

Nadie dijo nada, más en sus caras se veían diversión y burla ¿Por qué? ¿Por qué llegaré tarde?

— ¿Qué pasa? — Le pregunte sin entender por qué tenían esa expresión en sus rostro.

— Hoy es el sábado, mocosa — me informó el señor Pablo con pesar y sólo de escuchar aquello mi mochila se cayó al suelo.

¿Sábado?

¡Con razón! Mi alarma no sonó y tampoco nadie me levanto; los fines de semanas tengo permitido dormir hasta las 9:00 A.M.

— Pero ya que estás despierta, podemos comenzar los entrenamientos tempranos —me sugirió Mía con una sonrisa de lado y yo abrí los ojos con horror.