Capítulo 10: El hospital

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El dolor proviniente de su pierna provocó que Mono se despertara.

Se quitó la manta que lo cubría mientras se sentaba y apoyaba su espalda contra la pared para poder levantarse el pantalón con cuidado y ver que tan mal se encontraba su herida.

Al hacerlo, pudo ver fácilmente que no le sangraba, pero su pierna estaba hinchada, morada y no estaba sanando, además de que un líquido amarillento salía de donde se habían clavado los dientes, necesitaba ir al hospital a curarse ahora.

Mono guardó sus cosas en la mochila y se apoyó contra la pared para poder levantarse y comenzar a caminar hacia la salida del edificio, pero al pisar con su pierna derecha, un dolor inmenso lo invadió y provocó que cayera al suelo con un grito ahogado.

El chico se sostuvo su pierna por el dolor, no podía caminar, pero si no se curaba, podría morirse por una infección en su pierna, así que volvió a ponerse de pie y, aún con el dolor, comenzó a dirigirse afuera del edificio usando la pared como apoyo.

Cuando salió a las calles mojadas por la lluvia de Ciudad Pálida, Mono ya no podía apoyarse en ningún lado para no forzar su pierna, así que buscó algo que le sirva de bastón y encontró una rama que cumplía con lo que quería.

Ya con su "bastón", Mono comenzó a caminar hacia el hospital y, en la transcurso, vio que todo estaba muy oscuro, parecía que, aún, no había amanecido.

Lo único que iluminaban las calles eran algunos televisores prendidos y unas pocas lamparas que habían cerca, aunque la mayoría estaban rotas.

Mono sabía dónde se hubica el hospital, así que iría directo allí, por suerte estaba a unas pocas cuadras, pero seguramente tardará mucho debido a su pierna.

1 hora después.

El chico llegó al hospital con la pierna muy adolorida, parecía que le ardía. Se dirigió a la entrada del hospital, pero, al ver que esta estaba cerrada con un candado, comenzó a buscar otra manera de entrar.

Lo único que se le ocurrió era entrar por una ventana abierta como lo hizo en la escuela, pero todas las ventanas del frente del hospital estaban cerrada y tratar de abrirlas con su herida iba a ser algo horrible, así que caminó por un callejón al lado del edificio, pero al adentrarse en él vio que no había ventana por ese lugar, así que suspiró molesto dándose la vuelta para irse, o al menos, hasta que escuchó un chillido agudo y, al darse la vuelta para ver que era lo que hizo ese ruido, vio una rata comiendo que, al verlo, salió corriendo y se metió en un ducto de ventilación que daba al hospital.

Al ver eso, Mono se acercó despacio al ducto para mirar dentro y ver que había una luz al final. Supuso que era la luz del interior del hospital, así entró al ducto con su rama acostada para que entre y comenzó a arrastrarse con sus manos y su pierna sana mientras que la derecha la dejaba algo elevada del suelo.

Al llegar al final, vio una rejilla que bloqueaba su paso, así que se sentó de costado para apoyar su espalda a la pared mientras que, con sus manos, sujetó la rejilla para tratar de quitarla y, aunque le costó, lo logró.

Al entrar al hospital, Mono usó la rama y la pared para poder levantarse del suelo mientras miraba a su alrededor para saber dónde se encontraba y, lo primero con lo que se encontró, fue con muchos pasillos y puertas.

El chico soltó un suspiro de frustración, ya estaba harto de los pasillos y puertas, pero no tenía otra opción, así que comenzó a caminar por el lugar para buscar esas cosas de medicina y desinfectar su pierna.

Mono era consciente de que, aunque el doctor ya no era un problema, aún estaban los maniquíes y, lamentablemente, esta vez no tenía una linterna para defenderse de ellos, además de que, con una pierna herida, apenas podía mantenerse de pie como para luchar con las manos que se mueven solas.

Little Nightmares: The return of MonoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora