Capítulo 13: Llanto

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¿Qué haré ahora? —Esa pregunta rondaba por la cabeza de Mono. Ahora mismo se encontraba sentado en el primer piso de en un edificio cubierto con su manta.

Sabía que, si estaba quieto, no iba a encontrar una respuesta a esa pregunta, además que tampoco era bueno estar en el mismo lugar por mucho tiempo, y ya había estado en ese edificio 4 horas más después de despertar, así que simplemente se levantó, guardó sus cosas en la mochila y se fue.

Mientras caminaba por las calles de Ciudad Pálida, Mono bajó su mirada ver sus manos, pues todavía recordaba esa sensación de "explotar" en el hospital.

Se sintió demasiado raro, como si su propio cuerpo se hubiera sobrecargado de energía.

Con lo de ayer, ya sería la segunda vez que lo uso y no veo que la Torre trate de llevarme de regreso. ¿Será que no me sintió? ¿O será que ya no le importo?

Para Mono, el que ya no le importe a la Torre tenía algo de sentido, pues la Torre ya tiene en su disposición un huésped, pero, como no estaba seguro que esa sea la razón por la cual no fue por él, no se arriesgaría.

Con un suspiro, el chico metió sus manos en los bolsillos de su gabardina para mantenerlas lo más calientes que pueda. A pesar de que ya está acostumbrado al frío, no significaba que quería sentirlo.

Por el aburrimiento de no saber que hacer, miró a su alrededor para ver que, los pocos espectadores que habían, estaban distraídos con los televisores de la zona.

Nunca entendió por qué, el ver una televisión que no mostraba más que estática, era tan hipnotizador para ellos. Pensó que, seguramente, las ondas que emitían las televisiones era lo que los hipnotizaba, o era lo más lógico que encontraba.

Al pasar al lado de una tienda de televisiones que estaban encendidas, se detiene frente a ellas para poder verlas.

Estuvo poco más de un minuto y no pudo sentir nada, tal vez sea gracias a su poder, pero no le parecían llamativas, mucho menos hipnotizantes.

Levantando los hombros, trata de seguir su camino sin darle mucha importancia, pero, antes de poder dar un paso, escuchó algo entre toda la estática.

Era un ruido que apenas se oía debido a la estática del televisor, pero que ahí estaba. Era un ruido que se podía saber que contenía decepción y dolor, mucho dolo; era un llanto.

Mono se quedó quieto con su mirada en el televisor, sabía de quién era el llanto, era algo fácil de descifrar. No fue hace más de dos días que había sucedido la pelea con su "yo del pasado", y, al igual que él, también lo dejaron caer.

El chico, sin darse cuenta, comenzó a llorar, recuerda muy bien haber llorado mucho en los primeros días que estuvo encerrado en la torre, preguntándose qué hizo mal, ¿por qué lo dejo caer? Pero nunca pudo encontrar una respuesta clara.

Si ya no confiaba más en él, si ya no quería que estuviera cerca de ella, ¿por qué simplemente no lo levantó y se separaban al salir? De esa manera hubieran ganado los dos, y nadie salía perjudicado, pero no fue así.

La había salvado tres veces, y aun así lo soltó como si no lo conociera, como si hubiera tirado basura al basurero.

La estática había comenzado a generarse y a rodear el cuerpo de Mono, las rocas pequeñas a su alrededor comenzaron a levitar, el cristal del edificio que tenía enfrente se estaba agrietando mientras que algunos televisores apagados que estaban cerca de él se prendieron.

El chico giró lentamente su cabeza hacia la Torre de Señales. No iba a permitir que pasen por lo mismo que él, iba a liberar al "Mono del pasado".

Mono estaba decidido a liberarse, pero antes de poder dar incluso un paso, dejó de generar toda la estática que emanaba.

Little Nightmares: The return of MonoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora