Capítulo 26

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Disfruten de este capítulo como si se tratara de su comida favorita.


En una calle alejada de la Torre de Señales, en la Ciudad Pálida, un niño de pelo desordenado y ojos negros se enfrentaba a un cuervo. Eran Mono y el Viento del Norte, que se miraban fijamente con desafío.

—¿Bien, Mono, sabes lo que tienes que hacer? —Una voz se escuchó desde un televisor cercano, donde se veía un ojo vigilante.

El chico asintió sin apartar la vista del ave —Sí. Solo tengo que darle un golpe a Norte y nada más.

—Y ni creas que lo dejaré fácil, niño. No sin antes golpearte un poco. —El cuervo habló con una sonrisa maliciosa.

—Norte, recuérdalo. —La voz le advirtió al ave, que suspiró.

—Sí, ya sé. No puedo usar mi forma de tornado. —Respondió con resignación.

—Bien. —El ojo en el televisor se cerró por un momento, mientras Mono se ponía en posición de ataque, esperando la señal. Luego, el ojo se abrió de nuevo y dijo: —¡Peleen!

Sin pensarlo, Mono disparó una esfera de energía hacia el cuervo.

Norte la esquivó sin problema, pero notó que el chico movió su mano y miró hacia atrás.

El ataque había cambiado de dirección y se dirigía hacia él. Rápidamente, acumuló aire en su pico y lo disparó en dirección a la esfera, provocando una explosión al chocar.

Cuando volvió a mirar al chico, lo vio caer sobre él con una esfera de estática en su mano, dispuesto a estrellarla en su cara.

Norte reaccionó rápido y se apartó del camino justo cuando el chico golpeó el suelo, agrietándolo.

Mono se levantó rápido y cargó contra el ave de nuevo, tratando de golpearlo con sus puños aprovechando que lo tenía cerca. Pero cada golpe que lanzaba era esquivado sin esfuerzo por el cuervo, que se ayudaba del viento para moverse más rápido.

En un movimiento, el Viento del Norte le dio un empujón a Mono con una ráfaga de aire que lo hizo arrastrarse hacia atrás.

El chico se incorporó rápido y vio que varios cuervos en llamas se acercaban a gran velocidad.

Mono saltó hacia atrás para esquivarlos y comenzó a correr, mientras lanzaba ataques a los cuervos que lo perseguían.

El chico seguía corriendo, esquivando y acabando con los cuervos de fuego, pero se dio cuenta de que no tenía ninguna oportunidad contra Norte. El cuervo era demasiado rápido y poderoso.

En una jugada rápida, Mono se dirigió hacia un edificio, esquivando los obstáculos y los ataques. Entró por una ventana rota y comenzó a buscar algo que le fuera útil.

Norte lo siguió de cerca, pero no entró al edificio. Se quedó en el aire, rodeado de sus cuervos de fuego.

—¿Qué haces ahí dentro, niño? ¿Ya te rendiste? —gritó con burla.

Solo espera un momento —respondió Mono mentalmente.

Unos segundos pasaron y el chico no salía. Debido a eso, el cuervo se estaba impacientando un poco—¡Sal de allí, niño, o te sacaré yo mismo! —dijo Norte.

Mono vio un tubo de metal tirado en el suelo—Tal vez podría usar eso.

Lo agarró, con su poder le quitó algo de peso para poder cargarlo bien y salió del edificio con el tubo en sus manos. Quizás todavía tenía una oportunidad.

Little Nightmares: The return of MonoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora