Capítulo 25

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Bien, cuando hago algo mal, lo digo, y este capítulo es HORRIBLE, prácticamente relleno (o así lo siento yo) así que si no lo quieren leer, no lo hagan, pero en el final escribí un par de cosas que tal vez les interese.

Dicho eso, los que quieran leer, disfruten el capítulo.


Mono estaba durmiendo en la habitación de uno de los departamentos que había en los edificios. No tenía puesta su bolsa ni su gabardina para poder estar más cómodo.

La ventana que estaba en la habitación fue abierta lentamente y entró un cuervo que se posó a los pies de la cama donde dormía el chico.

El ave miraba al niño en silencio hasta que...

—¡DESPIERTA YA, MOCOSO! ¡ES HORA DE ENTRENAR! —El fuerte grito del cuervo hizo que Mono se despertara y sentara rápidamente en la cama alterado, hasta que su vista se aclaró y enfocó al cuervo.

La cara de Mono cambió rápidamente a una molesta—¿¡Qué te pasa!? ¡Dejame dormir! —gritó mientras se metía bajo las cobijas de la cama.

—¿Dormir? Esa hora ya pasó —dijo mientras se ponía al lado de Mono, quien seguía bajo las cobijas—. Ahora es hora de levantarse, así que, ¡LEVANTAT-

No pudo terminar de gritarle cuando el chico en un movimiento rápido sacó su mano y golpeó fuertemente al ave mandándolo al suelo.

El ave se puso de pie nuevamente algo mareado, pero luego miró al niño quien no parecía querer levantarse y sonrió—Traté de hacerlo por las buenas, no me culpes por lo que voy a hacer. —dijo mientras volvía a salir por la ventana de la habitación.

Mono se asustó un poco al oír eso y se quitó las cobijas de encima mientras veía al rededor para encontrar al ave, pero no lo vio por ningún lado y supuso que se fue.

Calmado, pensó que el Viento del Norte sólo quería asustarlo para que se levantará así que decidió volver a acostarse mientras se tapaba.

Al pasar dos minutos, Mono ya se estaba volviendo a dormir, hasta que de repente una fuerte ráfaga de viento le quitó la manta de encima.

Rápidamente, el chico se levantó mirando hacia los lados, viendo como había fuertes corrientes de viento por toda la habitación, hasta que de repente y sin previo aviso, una fuerte corriente de aire lo golpeó por la espalda, lanzándolo por la ventana.

Mono tardó un segundo en reaccionar a lo que había pasado y, al hacerlo, comenzó a gritar de miedo mientras veía el suelo de la calle acercarse cada vez más y más.

Cuando estaba a punto de tocar el suelo, cerró los ojos para esperar el impacto, pero, en eso, otra fuerte corriente de aire lo vuelve a levantar un poco, haciendo que la velocidad a la que caía se redujera y cayera al suelo con un golpe algo duro, pero que podía soportar.

Me dijiste que no ibas a usar la fuerza para despertarlo —dijo la Torre con un suspiro desde un televisor cercano al ver lo que hizo el Viento del Norte—. De haberlo sabido, lo hubiéramos despertado nosotros.

—No. Yo dije que no iba a usar la fuerza si él SÍ se despertaba —corrigió—, pero no lo hizo. En vez de eso sólo me gritó que lo deje dormir y, cuando volví a intentarlo, ¡ME GOLPEÓ! —gritó enojado—Obviamente tenía que enseñarle un poco de respeto.

Sí, pero mira como dejaste al pobre niño. —dijo mientras miraba a Mono, haciendo que el Viento del Norte también lo mirase.

El chico estaba en el suelo sin levantarse mirando al cielo mientras se tocaba todo el cuerpo—¿Estoy vivo? Sí, estoy vivo. ¿O estoy muerto? Tal vez estoy muerto. No, sigo vivo, creo. —Se le escuchaba decir en voz baja.

Little Nightmares: The return of MonoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora