Capítulo 12: Corre

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Ay, no. —pensó Mono viendo a la pesadilla que tenía en frente para que, luego, todo se vuelva negro: las luces se habían apagado.

Mono podía escuchar como la pesadilla se comenzó a acercar a él, así que, mientras guardaba su bolsa en su gabardina y se ponía de pie, trató de correr hacia la otra habitación en la que había luz, pero, apenas dio el primer paso, recibió una dura patada en su espalda que lo hizo caer sobre su estómago para luego ser agarrado por un maniquí con fuerza.

El chico podía sentir como sus costillas se comprimían debido al fuerte agarre del maniquí y no podía aguantar el dolor que sentía.

Soltó algunos gemidos de dolor mientras se movía bruscamente en un intento de liberarse, pero todo eso paró cuando sintió a alguien respirar a su nuca. Automáticamente dejó de forcejear y sólo se quedó quieto con los ojos muy abiertos.

Obligándose a mirar atrás lentamente, lo único que logra ver, son unos ojos grises sin vida que lo miraban como una presa a la que comer.

El chico estaba tan asustado que no se dio cuenta que el maniquí había aflojando su agarre, sólo sintió cuando sus costillas se volvieron a comprimir más que antes y de manera tan repentina que lo obligó a soltar un grito que hizo que se quedara sin aire en los pulmones, y fue en ese momento donde se dio cuenta que ahora estaba en las manos de aquella pesadilla.

La pesadilla lo comenzó a acercar hacia su boca de manera lenta y, al sentir eso, Mono soltó varios gritos de horror mientras se agitaba fuertemente para ser liberado.

Mono no era tonto, sabía que esa pesadilla quería comérselo y tenía que escapar, de una u otra forma tenía que hacerlo.

El chico estaba concentrado en tratar de liberarse que no se dio cuenta que todo comenzaba a ralentizarce y que, poco a poco, el sonido de la estatica se hacía presente en la habitación comenzando a llenarla.

En un punto, Mono pudo sentir a su cabeza hacer contacto con los dientes de la pesadilla y, en ese momento, su mente se volvió borrosa, dejó se sentir su cuerpo y sólo dio un grito de horror mientras la estática rodeaba su cuerpo. Luego de eso...

Mono explotó.





















Un foco en la habitación comenzó a parpadear un poco antes de mantenerse prendido dejando ver que, justo debajo, estaba Mono tirado en el suelo, hasta que sus ojos se abrieron lentamente.

Su cabeza le dolía, no comprendía que acababa de pasar. Trató de mirar a su alrededor, pero todo le daba vueltas, hasta que, poco a poco, su vista se iba aclarando y pudo ver que, en el suelo, se encontraban todos los maniquíes destrozados.

Se puso de pie sujetando su cabeza mientras tenía una mirada extrañada, ¿qué había pasado? No lo sabe, pero esa pregunta iba a tener que esperara para ser respondida debido a que un rugido fuerte, que parecía enojado, hizo que Mono volteara hacia atrás.

El chico se quedó en paralizado cuando sus ojos vieron que, esa misma pesadilla que estuvo a punto de comerlo, se encontraba herido en el suelo donde había entrado.

Pero eso no era lo que lo dejó paralizado, sino su aspecto. Si antes se veía feo, ahora se veía horrible, pues su brazo izquierdo, que era con el que lo agarraba, estaba destrozado, tanto que se podía ver el hueso; y a su alrededor estaba la carne faltante de la extremidad en el suelo, pero algo que hizo que se viera aun más aterrador, era que su cuerpo y toda su cara estaban llenas de sangre, además de eso, ya no tenía su mandíbula, como si una bomba le hubiera explotado en la boca.

La pesadilla tenía su mirada en Mono, una mirada de odio, y, sin siquiera gruñir de dolor, se apoyo sobre sus brazos para usarlos como piernas y comenzó a dirigirse hacia el chico de manera lenta, luego fue aumentando la velocidad.

Little Nightmares: The return of MonoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora