Capítulo 1

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Salió de la casa en busca de lo que su madre le había pedido que comprara, llevaba la lista en una mano y colgaba de su hombro la bolsas para que pudiera cargar todo lo que su madre pidió

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Salió de la casa en busca de lo que su madre le había pedido que comprara, llevaba la lista en una mano y colgaba de su hombro la bolsas para que pudiera cargar todo lo que su madre pidió.

Odiaba tener que hacer los mandados en su casa pues iniciaron sus vacaciones de verano y deseaba quedarse a descansar después de varios meses asistiendo a la escuela, estudiando y preparándose para poder entrar en la preparatoria que sus padres querían que ella, eso también le iba a permitir que pudieran salir y viajar como las veces anteriores, aunque esa vez no logró alcanzar el mínimo que le pedían y reprobó su primera opción. Por eso, tanto su mamá como su papá la castigaron, comparándola con su hermana mayor de 17 años quien siempre lograba las mejores calificaciones y los mejores lugares en las escuelas.

Incluso su hermana solía molestarla diciéndole que jamás conseguiría una buena escuela si seguía de floja; lo que ellos no sabían, era que siempre estaba estudiando, quedarse hasta tarde para poder hacer sus tareas, sus proyectos y todo lo referente a la escuela.

Subió a su bicicleta, le era más fácil ir así que tener que caminar al centro de la ciudad, aunque le llevara unos 20 minutos, más o menos. Le encantaba sentir el aire salado golpear su rostro; vivía cerca de la playa, literal, su casa se encontraba justo donde daba inicio la playa, así que nada más salía por atrás y podía sentir la arena caliente, el olor a mar y todo el aire cargado de sal de la playa. Era lo único que amaba de su pueblo, de la bahía donde vivían.

Avanzó a paso lento, recorriendo las calles un poco desiertas por las personas que partieron a sus vacaciones de verano, mientras que otras usaban el tiempo para salir a recreación con sus familias o estando solas. El calor del sol caía muy fuerte, a ella le daba una agradable sensación de calidez.

Pasó por las casas de sus tres mejores amigas quienes también lograron irse de vacaciones a diferentes partes y con diferentes propósitos; miró cada casa con tristeza por no haber podido salir, además que no tenía con quién platicar ni verse en las vacaciones, no tenía con quién quejarse o hablar mal de sus padres, de su hermana o del hecho que tendrán que separarse en la preparatoria. Nueve años compartiendo experiencias que, ahora, debían de darse el adiós. Aunque esperaba que fuera un 'hasta luego'.

Estacionó la bicicleta justo en la área especial que tenía la tienda, puso la cadena para evitar robos y entró con lista en mano y buscando en los estantes todo lo que estaba ahí escrito. Mientras buscaba, selecciona y tomaba, terminó chocando con alguien quien terminó tirándole todo al piso. Se volteó molesta dispuesta a atacar a la persona, pero se topó con un chico más o menos de su edad, alto, llenito y moreno, alguien que le sonrió y que, en ese preciso momento, le robó el corazón y la mente.

—Disculpa, no fue mi intención —habló, apenado. Y después se agachó para recoger lo que cayó.

Con los nervios a flor de piel y roja de la cara, también se agachó levantando todo, pero al estar nerviosa, se le resbalaban de las manos otra vez. Eso la frustró y más cuando lo escuchó reírse de su torpeza.

—Gracias —respondió cuando terminaron de levantar como de acomodar todo-. No te preocupes, también debí fijarme.

—No, la culpa es mía, enteramente mía —Le sonrió con calidez y ella sintió su corazón latir como loco—. Bueno, te dejo para que termines de hacer tus compras.

Abrió la boca queriendo detenerlo, pero su mente no podía trabajar con rapidez si no controlaba sus nervios.

—¡Disculpa! —soltó cuando el adolescente se dió la vuelta comenzando a alejarse de ella.

—¿Pasa algo? —Se sonrojó aún más.

—¿Eres nuevo por aquí? —Asintió.

—Vine de vacaciones, ¿cómo te diste cuenta?

Rodó los ojos divertida.

—Es un lugar pequeño, nos conocemos entre todos y sabemos cuándo llega un extraño, se nota que no eres de aquí porque te hubiera visto por ahí, vagando. —O su hermana estaría hablando de él todo el tiempo.

—Es bueno saber que se conocen entre todos —soltó un poco con sarcasmo—. Bueno, tengo que irme porque mis primos me esperan. Te veré... por ahí. -Se despidió también con la mano, le regalo una sonrisa y salió de la tienda.

Jamás, en sus 15 años de vida, se había sentido así de enamorada, ilusionada e interesada por algún chico, sabía que ese día llegaría, pero no sabía cuándo ni cómo. Si se lo contaba a sus amigas, se burlarían de ella, en especial Chou.

Se quedó ahí, parada, sintiendo que su aburrido y monótono verano, comenzaba a cobrar sentido y, al mismo tiempo, se comenzaba a sentir inolvidable.

O eso esperaba ella.

Terminó de comprar y regresó a su casa con una boba sonrisa en su boca. Se encerró en su habitación, se dejó caer en la cama y siguió pensando en el chico de la agradable sonrisa, aunque le hubiera gustado conocer su nombre, a sus primos y de quién de las tantas familias que vivían ahí, él era familiar.

Bueno, eso no importaba. Lo que único que tenía en la cabeza era él, el chico nuevo en la bahía.


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Por fin, he publicado el primer capítulo de esta trilogía. La cual estará dentro de una serie de 4 trilogías. Eso sí, los capítulos serán cortos porque es mi manera de jugar un poco antes de lanzar el libro que ya tengo adelantado y que es más extenso.

Así que, gracias si haz decidido a leer esta pequeña historia; espero, de todo corazón, que les guste lo aquí escrito.


LadyQuejas.

Un verano inolvidable #1 (✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora