Elena ama el arte; suele dedicar su tiempo en ese pasatiempo favorito. Más ahora que le toca pasar el verano lejos de sus amigas y con una familia con la que tiene una relación un poco problemática.
El verano ya inició, las vacaciones también, y un...
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Elena no tardó en notificar a sus amigas del nuevo aparato y, les pidió de favor, que no mencionaran nada del celular y que fingieran que no sabían nada de ella; las tres estuvieron de acuerdo.
También le mandó mensaje a su abuelita quien respondió con un audio de voz diciéndole lo mal que se sentía por las cosas que su padre dijo y que ella no tenía la culpa de nada, la única culpable era ella.
Elena le respondió que tampoco era su culpa, que las personas cometen errores y es normal cuando sucede, que lo único que se podía hacer era hacer frente y sacar lo mejor de ello.
Siguieron hablando hasta que escuchó a su madre tocarle la puerta para que bajara a cenar, algo que no hizo.
Revisó que no le hayan dejado nada afuera de la puerta, aunque se equivocó porque ahí estaba la bandeja con la cena. Quiso tomarla y comer dentro, sola, pero no quería darles el gusto, así que cerró despacio la puerta, le puso seguro y la misma silla para que no puedan entrar.
Comió algunas galletas, fue al baño cuando no hubo nadie, y se fue a dormir temprano, escondiendo su celular y la caja del aparato.
Al día siguiente decidió que era hora de mandarle algún mensaje a Pablo, quiso esperar un día, así le dijeron sus amigas para que no se viera desesperada, que también lo hiciera sufrir.
En el mediodía, más o menos, tomó el celular y se supo a escribir uno de los tantos mensajes que hizo para ver cuál quedaba mejor, hasta que encontró uno donde podía iniciar la conversación sin problemas.
«¿Sorprendido de haber conocido a la famosa Madame Sabrina?»
Esperó hasta que su celular sonó con la notificación del mensaje.
«¡Claro! Fue un honor haberla conocido, aunque no sé si al final le caí bien, me puso algo nervioso.»
«No, le agradaste. Me pidió que te lleve de nuevo, incluso me dijo que te dará clases gratis si deseas aprender todo lo que ella sabe y enseña.»
«Vaya oferta, estoy halagado pero no es mi fuerte.»
«Podrías aprender, estás a tiempo.»
«No lo creo, la verdad. Pero gracias. Siempre ¿si te castigaron por escaparte?»
«Por desgracia, sí. No puedo salir ni a la esquina por tres meses.»
«Lamento eso.»
«No. No te preocupes por eso, son ellos lo que tienen un problema.»
