Capítulo 24

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SÁBADO

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SÁBADO.


Elena se levantó aquella mañana sin muchos ánimos, fue al baño para hacer sus necesidades, asearse, cambiarse la pijama y bajar a desayunar. Aunque no tenía todo el deseo del mundo en hacerlo, lo hizo para demostrarle a su familia que estaba bien.

Se mantuvo animada en todo el desayuno. Platicó con ambos e intentó hacer las paces con Roxana al ir a buscarla a su habitación para que bajara a desayunar. Su respuesta fue un "vete al demonio" fuerte seguido de un golpe contra la puerta, muy seguro aventó algo como señal de que se alejara de su habitación lo más rápido posible.

Aún así, disfrutó mucho de desayunar sin que hubiese una fuerte tensión entre ellos, sin que pelearan o sin discutir.

Fue un momento muy agradable y placentero para Elena y ellos, después, una vez hizo del baño, se alistó y salió a casa de su abuelita. Tenía varias preguntas que esperaba, pudiera responderle con toda la sinceridad del mundo.

Elena le comentó su plan a sus padres quienes aceptaron, en especial su madre, le dijo que era mejor escuchar toda la verdad y que la única que podía hacerlo era su abuelita.

Ella sabía todo y cada una de las cosas que pasaron con ella y con su madre biológica. Su padre no estuvo tan de acuerdo, pero no le dió de otra que aceptar que fuera y conociera la verdad de una vez por todas.

Su abuelita no pensó en verla tan temprano en su casa, y menos cuando lanzó la dichosa pregunta que tanto tiempo rondaba en su cabeza, la pregunta que cambiaría el rumbo de su vida, como su manera de verla.

—¿Quién es mi padre, y por qué nos abandonó? —Su abuelita se quedó de piedra, la sonrisa sincera que cargaba en sus labios se borró con rapidez.

Bajó la mirada con culpa, se hizo a un lado y la instó a entrar.

Se sentaron en el sillón, su abuelita marcando una distancia prudencial y tardó bastante en hablar; Elena levantó la ceja esperando la respuesta.

—No lo sé. Tu madre nunca lo dijo.

—¿Y por qué me abandonó? Hablo de él, de ella ya sé todo. —Su abuelita se cruzó de piernas, dejando una arriba de otra y miró a una de las ventanas.

—Sí lo supieras todo de ella, no estarías aquí.

—Quiero saberlo todo. Porque resulta que vendrá en unos días y quiere llevarme con ella; no sé quién le dijo que yo hago retratos y pinturas que quiere meterme a una academia especial para gente como yo. Nunca he tenido comunicación con ella, así que quiero saber quién fue y todo sobre aquella mujer que me abandonó de bebé. Porque no es normal su repentino interés en mí, lo digo abiertamente —dijo todo eso con profunda seriedad. Su abuelita sonrió con nostalgia.

—Te pareces mucho a mí cuando hablas así, y también a ella —Eso molestó un poco a la adolescente—. Bien, te contaré el pasado de tu madre pero, primero, hay algo que debes saber sobre mí.

Un verano inolvidable #1 (✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora