Capítulo 29

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MARTES

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MARTES.

Su madre adoptiva no tomó muy bien la noticia de que su madre biológica fue a verla cuando no había nadie más en la casa, su padre adoptivo se exasperó y quiso meter una demanda con sus abogados, al final, Elena fue quien tuvo que calmar los ánimos y les prometió que jamás se iría con ella, pero que si pensaba darle una oportunidad.

Le costó trabajo admitir que disfrutó de la tarde con aquella mujer, que admiró sus obras, las analizó y le dijo que tenía el talento para dedicarse a eso, le ofreció estudiar en una academia, agradeció pero también rechazó la oferta. Le dijo que quería luchar por ese puesto desde abajo, no entrar por palancas o por ser hija de una reconocida artista así como nieta de la legendaria Madame Sabrina.

Su madre se fue contenta, le pidió quedarse con uno de sus dibujos, así que Elena le regaló un autoretrato que ella misma se hizo como un trabajo en la secundaria, su madre lloró al tenerlo en sus manos, no pudo evitar abrazarla con fuerza y después despedirse de Elena.

Le prometió que la vería pronto, ahora debía volver por una presentación que tenía en otro país, así que debía viajar lo antes posible.

Se pasaron sus números de celular, y se fue de la casa dejando a la joven confundida, tal vez dándose cuenta que sí podía llegar a tener una buena relación con ella, aunque no fuera como de madre e hija.

Aquella tarde del martes siguiente, Elena se levantó temprano, hizo lo de siempre y salió al mediodía para enmarcar el retrato de su hermana mayor. Subió a su bicicleta, avanzó por las calles hasta llegar al lugar indicado, estacionó la bicicleta no sin antes ponerle la cadena con el candado, y entró.

Justo ahí se encontró con Pablo, quien platicaba por celular con alguien, se veía muy animado y hasta notó lo sonrojado que estaba del rostro. De nuevo, aquel mal presentimiento se instaló en su estómago.

Esperó para ser atendida, no hizo señal de acercarse a Pablo, al contrario, fue al otro lado y ahí la atendió una jovencita. Le dijo lo que quería, la chica tomó su pedido y le dijo que en medio hora volviera; Elena asintió y salió del lugar, planeaba ir a una banca ahí cercana, se sentaría y hablaría con Daphne, porque Chou y Bianca seguían sin comunicarse con la joven.

No quería ser egoísta, pero se sentía vacía e incluso traicionada por sus dos amigas.

Apenas avanzó unos pasos cuando Pablo salió tiempo después, parecía absorto en la conversación que tenía que nunca se fijó que la joven estaba justo ahí; Elena no pudo evitar escuchar la conversación que tenía y sentirse mal por el comportamiento del joven.

—Está bien, nos veremos a las 3:30 en el café —Esperó—. Okey, ahí nos vemos. —Lo vio suspirar, sonreír como bobo y caminar por la calle.

Un verano inolvidable #1 (✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora