CAPÍTULO 1

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~Camille~

Ha pasado un tiempo, hasta yo les extrañé.

Pero ya les haré caso más tarde, ahora, tengo algunas personas que matar.

Desentierro la navaja del ojo de uno de los que se me vinieron encima. Empujo su cuerpo antes de que me caiga cerca y me estorbe y me giro Justo a tiempo para encarar al siguiente que me ataca con un martillo, intentando quebrar mi cabeza.

Tomo su muñeca antes de que baje la mano y me muevo a un lado cuando deja caer el martillo. Me le pongo atrás y pateo a otro que se acercaba mientras le rompo el brazo. Lo empujo hacia adelante y me agacho para patear mi pierna y derribar a otro.

Cuando lo tengo en el piso debajo de mi, golpeo con mi mano llena de anillos una de sus costillas que fácilmente se revienta. Hago para atrás la cabeza, esquivando una patada de un tercero y de una maroma me ruedo y me vuelvo a poner de pie.

Enfrento al de la patada con una sonrisa, atrapando su segundo intento y rompiéndole el tobillo por esto mismo. Lo empujo a un lado y brinco sobre el tirado en el suelo, aprovechando mis pesadas botas que se cierran con metal para quebrarle más las costillas y matarlo de perforarle un pulmón.

Robo el martillo tirado en el suelo y lo arrojo al siguiente que viene, me hecho a correr en su dirección aprovechando que se desploma dramáticamente y lo utilizo de escalón para brincar al gigante hombre que se me viene encima.

Crack.

Su cuerpo cae desplomado en el suelo cuando le quiebro el cuello. Justo en ese instante, un alambre me rodea el cuello por atrás. Me dejo caminar hacia el dueño de este y clavo un puñetazo a su nariz que me respira en la nuca, después jalo del alambre y lo uso para amarrarle las dos manos y dejarlo indefenso mientras lo mato abriéndole la garganta con mi navaja.

Su cuerpo cae al suelo y suelto una carcajada. La adrenalina sigue haciéndome volar e ignorar el dolor que invade mi cuerpo por todo el esfuerzo. Jadeo mientras veo toda la habitación, bañada en distintos líquidos y cuerpos que harán vomitar a la mujer que le toca limpiar esta habitación.

No sería la primera vez.

Ruedo los ojos por la voz y paso por encima de los cuerpos hacia la puerta de salida. Entro al pasillo blanco dejando atrás el cuarto oscuro donde más me gusta pasar el tiempo últimamente. En el pasillo, unos difusores sueltan humedad para refrescarme y ayudar un poco con el olor que debo estar desprendiendo.

Tomo una toalla de un costado y me limpio el sudor y la sangre de la cara. Lo arrojo a un cesto y comienzo a mover mi cuerpo de distintas formas para un calentamiento de salida. El pasillo se acaba en dos puertas de cristales y estoy en el pasillo de los elevadores del Santuario.

Me pongo sobre la esfera que me hará subir de regreso a mi casa en reparación donde podré sentarme horas en mi cuarto donde tengo mis mejores planes sin interrupciones.

Ahora si.

No puedo decirles el tiempo con exactitud, pero si les puedo decir que no ha pasado tanto como se podría creer. Lo que hacía hace un momento es la única terapia que me ha funcionado, ya que la psicóloga que me mandó en forma de burla Joaquín Marqués, era demasiado introvertida y terminó sin lengua o manos que pudieran seguir jodiendo.

Obviamente guarde la cabeza para mi amigo el Mexicano.

Y, ¿para qué mentír? Estoy incontrolable.

Hay una rabia tan fuerte dentro de mi que puedo asesinar a veinte personas diarias y no me da una pizca de tranquilidad o satisfacción. Puedo ir y joder a quien se me de la gana y aún así hay algo que me sigue comiendo por dentro.

Domain #3 COMPLETA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora