~Narrador Omnisciente~
Hace dos días, donde una gran tormenta impactó Europa, los timbres retumbaron en las casas cuando los rayos iluminaban. Los sirvientes, ayudantes, o hijos, abrieron las puertas buscando a los dueños del llamado, encontrando únicamente la ráfaga de aire helado que les heló la piel.
Las cartas venían dentro de un acertijo, para no perder la costumbre. Las esferas parecían transparentes, de cristal con burbujas flotando, pero todo eran pistas.
A algunos les tomó nueve horas responderlo; otros, se rindieron e intentaron romper el material para ahorrarse tiempo, ganándose la explosión de sus casas. Los más inteligentes, o con la memoria más fresca, les bastó ver las esferas para cortarse las venas y no enterarse de más.
El mundo entero estaba encogido después del brutal ataque de las Dornen en Nueva York, y más por el más trato que tienen entre ellas, desapareciendo las esperanzas para el resto. Las personas que antes sabían, no callaron más, y ahora por las calles solo se susurraban sus historias.
La crueldad que encerraron en una isla, problema que se les ha salido de las manos.
Hoy, con el Sol empezando a caer por el horizonte, la gente tiembla a cada paso que dan más cerca de la gran mansión en la montaña. La seriedad del asunto era obvia, reflejada en la ropa que fue enviada para vestir, las capuchas que ocultaron el camino, el transporte específico y los escáners al acercarse a la propiedad.
Más valía no tentar a la loca.
El silencio es asfixiante, controlado y observado. La gente se baja de los autos y no se sorprenden a reconocer a sus acompañantes de la velada, haciendo el mismo proceso que ellos. No importa si eran expresidentes como el canadiense, o el primo de la realeza española. Ni siquiera si se trata de un capitán de barcos, una chef o el actual muerto de hambre.
Todos fueron alguien antes, y eso los persigue para siempre.
Las puertas doradas se abren automáticamente. Los invitados avanzan detrás de su conductor asignado, con la cara oculta bajo las máscaras blancas de unos zorros. Los arbustos están impecablemente cortados, las fuentes sacando el agua más cristalina, el fuego quemando en su línea designada.
Igual que antes, pensó el primo de la nueva reina de España.
Dentro de la mansión palacio, el camino es alumbrado por luces de velas que reflejan las sombras de las máscaras solicitadas. Cada paso más cerca hacia los portones al final del pasillo, ponían más enfermas a las personas. No había mayor temor que el que nacía por una Dornen.
A las seis en punto, los invitados se sentaron en sus lugares solicitados, en el mismo orden de años pasados. La vergüenza quemaba a la jefa de exportación marina, que estaba siendo apuñalada con la mirada por uno de los magnates de Qatar, con el que tenía historia. El primo de la realeza, Ignacio, estaba tenso en coraje por estar de vuelta en la mesa, junto a toda esta gente que para dejar atrás mandó a matar.
No hay el más mínimo intento de conversación entre los invitados, la tensión es demasiada para liberar sus gargantas. Un timbre de campana delicado hace eco por el gran salón, indicando la orden a los invitados de que se levanten de sus asientos.
El señor mas grande de la sala, un antiguo general del ejército, duda en levantarse y es obligado por un enmascarado sirviente. Los tacones se escuchan en el suelo de mármol antes de que la otra puerta en el salón se abra, dejando ver al demonio que jamás se fue.
Victoria levanta la barbilla, tal y como dice su nombre es su expresión. Se escucha un lamento atorado en la garganta de un hombre, pero nadie se mueve mientras ella lo hace. Con gracia y altanería, avanza hacia la cabecera de la mesa que la espera. Su vestido rojo vino de cola larga, se arrastra por el suelo. Los detalles en dorado que envuelven ramas con espinas en el cinturón se siente como una daga a la garganta, a punto de cortarla. El maquillaje es pesado para camuflar los años que poco le pesan, pero sus labios pintados de negros son intimidantes en su escalofriante sonrisa.
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Domain #3 COMPLETA.
Science FictionTrilogía Zafiro.💎 El reto final. Las cartas han sido puestas sobre la mesa, ahora todos están molestos y listos para conseguir lo que quieren. La cacería a las Dornen no se detiene, pero ellas tampoco lo hacen. Muertes. Traición. Deseo. Mentiras. P...