CAPÍTULO 33

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~Camille~

- Adler... - susurrro, su mano se presiona con más fuerza sobre mi garganta. No para callarme, si no para sentir las vibraciones de mi voz, aunque me esté llevando a la inconsciencia. Parpadeo pesadamente, armándome de coraje. - Quédate conmigo Adler... aquí estoy. Está bien, estás bien, estoy bien... venga. - paso saliva y mis uñas se entierran contra mis palmas, buscando dolor para no irme. - Está bien, déjate llevar, te prometo que va a estar bien. Hazlo, no importa, hazlo.

No se que estoy balbuceando, solo se que es peligroso. Pero igual a su Merced ya estoy y más vale no regarla cuando está fuera de si y no se da cuenta si me destroza en una caricia. Él gruñe, subiendo su mirada a la mía y siento que aprieta con más fuerza mi cuello.

En segundos estoy viendo manchas, y ya no hay aire para respirar. Todo mi cuerpo se llena de hormigueos, y la cabeza me empieza a zumbar. Me está lastimando, pero no me puedo mover. Las lágrimas escapan de mis ojos.

Y finalmente me suelta, brincando fuera de mi.

Inhalo una gran bocanada de aire, tosiendo entre lágrimas. Me volteo a un costado, acariciando mi garganta una y otra vez. Sangre empieza a bombear con fuerza nuevamente por todo mi cuerpo y Me doy menos de un minuto para recuperarme antes de volver a enfocarme en él.

Tal y como me lo imaginaba, cuando lo busco con la mirada se está lastimando a sí mismo. Tobías está detrás de la barra, mirándome con cara de querer colgarme del techo pero me importa una mierda. Lo señalo para que no se mueva, necesito encargarme de esto yo. Necesito influir lo suficiente para salvarlo, por mi propio bien.

Así que me levanto, camino con determinación a donde está, le detengo la mano que se iba a golpear la pared y le giro la cara de una bofetada que truena en el vacío del lugar. Eso lo pasma por un segundo, un cortocircuito en la crisis en su cabeza. Y sin ser suficiente le meto otra bofetada. Y otra, y dos más.

Lo estás disfrutando demasiado.

Se supone que lo ayudabas eh.

Una más y de tarugo no se recupera.

Intento una más, pero finalmente él reacciona. Sale de la nube que le nublaba las ideas y me detiene la mano en el aire. Se me sale una pequeña sonrisa de alivio, que no dura mucho porque ha reaccionado.

Y lo estaba atacando.

Oh no.

Su mano en mi muñeca gira mi brazo entero, haciéndome una llave básica y fácil que me pega la espalda a su pecho. Pero en lugar de dejarla ahí, nos gira para estampar mi rostro contra la pared, su otra mano enredándose en mi cabello para mantenerme sometida.

- Ríete otra vez. - gruñe contra mi oído, y la sonrisa se me cae de mi cara. Suena furioso.

Tira más de mi brazo, lastimándome y dejándome inmóvil. Tengo entrenamiento para salirme de este tipo de acorralamientos y aún así no me muevo, jadeando contra la fría pared que roza mis senos a cada inhalación.

Jala mi cabello desde el la raíz, despegándome de la pared. Nos gira y estampa mi torso contra una mesa, todavía sin dejarme mover el brazo. Pero su mano en mi cabeza suelta mi cabello, lo suficiente para que cuando intento levantar la cara su mano impacte mi nalga con fuerza, prendiendo llamas a mi piel.

Continúa con los impactos, haciéndome retorcerme contra la mesa. Se turna de mejillas, hasta que las deja tan sensibles que cuando las acaricia bruscamente se me escapa un siseo del dolor. Pega su pelvis a mi culo y finje una embestida que hace que su pantalón raspe mi piel, manteniendo mi atención en esa sensación y no en que me suelta mi brazo.

Domain #3 COMPLETA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora