Domain #3 COMPLETA.

CAPÍTULO 11

~Camille~

- Entonces Joaquín es un gato tramposo, como ya sabíamos. Pero así como ha jugado con nosotros, lo va a hacer con todos, más ahora que tiene a los Jones de su parte para acabar contigo. - Tobías suelta, acariciando mis pies en su regazo en un delicioso masaje que me hace rodar los ojos.

- Los Jones, lo quieran o no, no son unos pendejos cualquieras. No estarían aquí de ser así. - le recuerdo, ignorando el malestar de mencionarlos.

- Pero si son apasionados cuando de odiarlas se trata, y el odio ciega.

El amor y el odio van de la mano.

Volteo a ver a Adler, en el sillón junto al nuestro sentado con un vaso de Wiskey. Trae las mangas arremangadas a los codos y los botones del pecho abierto, y la punta de una cicatriz de asoma por ahí dándome escalofríos causados por la culpa.

Fue torturado por mi.

Jamás se lo pediste.

Jamás lo obligaste.

Tú no lo lastimaste.

Supéralo.

- Esa unión no va para más tiempo. - concuerda Adler, aclarándose la garganta mientras mira mis piernas desnudas.

- Pero entre ellos no se matarán o atacarán. No cuando ellas siguen de pie, así que buscar ese quiebre es inútil por el momento. No deberíamos de esperar más. - Tobías sugiere y yo suspiro.

Debo de admitir que se siente bien tener una plática abierta, donde ellos me sugieren y delatan cosas que antes no. Agradezco la nueva confianza que están dispuestos a construir entre nosotros, pero me tomará tiempo cegarme ante ellos otra vez.

Una vez el vaso se rompe, por más lo pegues las grietas se quedarán. Tocará ver que pegamento tienen.

Uno blanco y deli...

¡CÁLLATE!

No hablaba de ese pegamento, maldita cabeza sucia.

Bien reconociste al instante.

Seguro ya lo habías pensado, marrana.

Cállate.

Me aclaro la garganta, sintiendo la leve vibración en el cojín de que estamos descendiendo. Decidí que debíamos regresar a Enevyl, enfrentar y acomodar todo. No me gusta lo fácil que es que ellos se acoplen a mi, como si fuéramos hechos a la medida, pero por lo pronto lo dejaré pasar. Porque los necesito para mi plan.

Claro, solo para eso.

¿No tienes cosas mejores que hacer?

¿Y dejarte tranquila? Jamás.

Con un último beso, Tobías termina de abrochar mi tacón en mi zapato y deja mis pies en el suelo. Adler se levanta y se coloca junto a mi, extendiendo su mano para que la tome al levantarme. Y lo hago, Malditamente lo hago.

Somos hermanos.

Compartimos la misma sangre...

Como si eso no lo hiciera más interesante.

Es peligroso...

Y está...

Ni se te ocurra decir que está mal.

Bien sabes que los que dijeron eso son los mismos que hacen cosas peores.

Además en el amor y en la guerra, no hay límites.