CAPÍTULO 58

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~Camille~

Ver a tantos soldados prendidos en fuego, gritando en agonía, y muriendo lentamente, me trae unos recuerdos que me hacen imposible pensar con claridad. Las voces en mi cabeza me gritan que me concentre, que deje el pasado atrás y me enfoque en lo importante.

Pero en cada persona quemada, solo puedo verme a mi gritando y peleando contra el fuego que me empezaba a consumir el cuerpo.

Concéntrate Camille.

No eres tú.

Estás bien.

Enfócate.

Esta es tu ventaja.

Reacciona.

Me voltean la cara de un puñetazo, obligándome a parpadear fuera de mis recuerdos para ver al hombre en llamas que se arroja sobre mi, las llamas en su cuerpo sin apagarse y solo compartiéndome ese mortal calor que me tiene hiperventilando y sin poder reaccionar.

Tomen el control voces, yo no... no puedo hacerlo.

¡Si puedes!

¡Tienes que hacerlo!

¡Pelea!

¡Ya saliste de ese hoyo, no dejes que te regresen ahí!

¡Pelea Camille!

Este es el final.

No te rindas.

Pelea por todo lo que te han quitado.

Pelea porque no te han matado.

Solo pelea.

Entre lagrimas y sangre, quito la mano del hombre en mi cuello y golpeo mi frente contra su nariz. Me lo quito de encima, alejándome de las llamas. Por detrás me ahorcan con un brazo, y en la apertura de mi muslo siento el fuego que quema sus piernas quemarme a mi también.

¡NO!

Me doy una maroma al frente, cayendo encima de él para soltarme. Me ruedo a un lado, evitando el impacto de una metralleta que iban a estrellar contra mi cabeza. La pateo fuera de mi alcance, arrastrándome más lejos cuando todo lo que está brillando a mi alrededor es fuego.

Encerrada nuevamente con las burlonas y mortales llamas que danzan a mi alrededor.

Respira Camille.

Enfócate.

Solo tú te puedes salvar.

Enfócate.

Algo hace vibrar el suelo, sacándome de mis sentimientos y paranoias para ver un pesado avión descender en la punta de la colina. Me distraigo con el hombre que corre por mi, haciéndome a un lado para tomarlo de los hombros y arrojarlo al círculo de fuego que me rodea, el siguiente hombre ganándose una patada en su cara y que le quite el arma, usándola en su contra para reventarle los sesos.

Vuelvo a mirar hacia la punta de la montaña, los gritos agudos y en agonía reconocidos desde lo más profundo de mi pecho. La llegada de Joaquin es buena distracción para todos, pues mientras se dejan venir los zombies enloquecidos, no me fijo de la nave Dorada que se detiene un instante por encima de mi, dejando caer a alguien.

Solo siento el agarre en mi cintura cuando me abraza por detrás, y nos levanta en el aire en un instante. Reconozco su olor de inmediato, y mi estómago se sume en mi cuerpo, haciéndome doler el corazón.

Tobías regreso.

Tobías está aquí.

Vino a salvarnos.

Domain #3 COMPLETA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora