CAPÍTULO 43

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~Narrador omnisciente~

En esa habitación destrozada, Lucille da un paso atrás con la confesión de Ciaran, sosteniéndose a si misma para no caer. En su cabeza, no se forman las preguntas, se nublan por la impresión. Ciaran la observa, ese rechazo endureciendo sus facciones, eliminando las emociones de su rostro.

El tiempo pasa, y el silencio se mantiene en esa habitación. Por otro lado, en la parte baja de la casa, Camille limpia las heridas de Tobías. No se dicen palabra alguna, Camille está intentando crear un plan que acabe con todo de una vez por todas. Y Tobías está enfocado en ella, admirándola como siempre, el amor de su vida.

Una puerta al final del pasillo se abre, ambos voltean de inmediato, alterados por el encuentro anterior. Pero no hay peligro en su contra, solo un pobre hombre de casi dos metros que camina como si nada por la casa, la mirada perdida.

Camille se pone nerviosa, y su mano se aprieta contra la de Tobías, necesitando de su apoyo. El italiano la sostiene, mirando a Adler pasar en un trance hacia las escaleras y en dirección de su habitación.

El Alemán tiene la mente en blanco, su cabeza de está volviendo a acomodar para que cuando su episodio eventualmente se disuelva, él no pueda recordar nada de lo que ha hecho, y su único enfoque vuelva a ser Tobías y Camille.

Camille una vez lo pierde de vista, vuelve a mirar a Tobías. Este capta la angustia de su Diosa y siente la impotencia asfixiarle el cuello.

- ¿Cómo puedo ayudarlo? - ella pregunta, dominando el corazón de Tobías que solo late por ella.

- Lo vamos a averiguar, juntos. - Tobías responde, sin atreverse a admitir que ha hecho de todo para ayudarlo y nada le ha funcionado.

Hay cosas en la vida que no se pueden cambiar, por más poder, dinero o influencias que se tengan.

Ella asiente, aclarándose la garganta para guardar las cosas con las que limpiaba a Tobías. Se pone de pie, dejándolo sentado para regresar arriba a donde está su hermana. Necesitan hablar seriamente, acomodar y mezclar sus ideas.

Necesitan tomarse de la mano y agarrarse fuerte entre todos, porque lo que se viene, es tan fuerte que pocos sobrevivirán.

***

El Sol entra por las ventanas de la nave, mientras está atraviesa el cielo europeo para llegar al atardecer asiático. Los gritos han hecho eco en las últimas horas, pero finalmente han cesado. El mexicano de ojos verdes, se observa fijamente en el espejo, respirando entre dientes.

Tiene la cara en carne viva, las ampollas por la temperatura todavía presentes a pesar de la decena de inyecciones que se colocó en la cara para calmar su dolor. Las vendas que cubren casi todo su cuerpo le provocan comezón, y la cantidad de drogas que ahora corren por sus venas lo tienen sin poder procesar la rabia que destila su mirada.

Nadie debía llegar tan lejos. Lucille debía morir a manos de Ciaran desde hace meses, Camille debía acabar con su propio sufrimiento bajo tanta ternura, una crisis tenía que acabar con Adler y Tobías se escondería bajo una depresión. El camino estaba marcado, era un plan sólido, lo había hecho tan bien.

Por eso tanto asco le provocan las palabras que alguna vez le dijo Steve Jones, antes de que la guerra se desatara.

"Son ingenuos Joaquín, demasiado ingenuos para ser buenos. Por que más te creerán que si pueden lograrlo, a creer que las cosas no van a cambiar. Y si no se les mata la esperanza, el miedo no sirve de una mierda. Así de cliché es esta guerra"

Joaquín se había burlado de sus palabras, sin saber que no tenían tanta mentira y que ahora lo tienen recurriendo a lo que no quería. A la alianza que él ya había acabado, creído que no necesitaba de nadie más, ahora es la alianza por la que vuela miles de kilómetros, arriesgando su vida.

Domain #3 COMPLETA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora