CAPÍTULO 38

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~Narrador Omnisciente~

Camille se hace una trenza de lado mientras camina por el pasto del jardín. Avanza hacia la luz al fondo, una pequeña choza entre los árboles.

Antes que saliera de la habitación donde dejó a Tobías, este le dio un último beso en la frente, la miró a los ojos y le dijo dónde encontrar a Adler. Ella le preguntó que si tenía que prepararse, y el le respondió muy simple.

Prepárate, pero igualmente te impactará.

Eso la tenía raspando sus dientes entre sí, jugando con sus dedos. El viento le vuela el flequillo suelto y se detiene frente a la construcción silenciosa. Toma una profunda respiración, cuestionándose si realmente quiere saberlo todo.

Y sin dejarse responder, abre lentamente la puerta, irguiendo la espalda. Se prepara para ver una orgia, tal vez otro santuario de ella, o incluso un ritual satanico, pero no espera encontrarse con una canción de los ochentas y que el espacio sea completamente diferente a la fachada que tiene por fuera.

Todo parece normal, excepto El Fuerte olor que le provoca náuseas aunque no inhale profundamente. Tiene que taparse la boca para no vomitar en ese momento su gelatina, y hasta entrecierra los ojos del ardor del hedor. Con su codo contra su cara, se dispone a avanzar, escuchando su corazón por encima de sus pasos.

Se enfrenta a la primera puerta, la que la bloquea de la Fuente de la música. Mira a su alrededor, asegurándose de no pasar por alto alguna pista pero todo está increíblemente impecable. Armándose de valor, abre la siguiente puerta.

Baja su codo de su cara, para permitirse mirar a su alrededor con más atención. Las paredes son azules, un color bebé, y está decorado como una casa normal. Hay fotos enmarcadas en las paredes, a las que se acerca con la curiosidad dominando.

En la primera hay un Niño de ojos azules, que no pasa de los dos años, con una gran sonrisa, cubierto en pastel.

- Adler. - susurra Camille, acariciando la imagen.

La siguiente es él también, más grande, vestido en un traje a su medida. Tiene un puchero y los ojos enrojecidos, se ve gruñón, pero terriblemente adorable que le roba una mini sonrisa a Camille.

En la tercera foto está Victoria de perfil, con un largo vestido rosa pálido, lo contrario a su personalidad. Camille inspecciona la foto con mayor atención, observando la sonrisa de amor que jamás le ha visto vestir a su madre mientras mira a Adler.

A él si lo quería, piensa.

Le vuelve a dar un escaneo a la foto, algo descolocada por lo ligera que se ve Victoria en esa foto.

La siguiente foto es Adler de unos cinco años, su padre a su lado con una mano dominante en su hombro. Pero la mirada de Adler está por encima de la cámara, enfocada en la persona que la tomó. Y le ve con rencor, a pesar de ser un pequeño.

Camille atraviesa la habitación, observando la mesa en el centro, servida con dos platos. Uno a medio terminar y el otro intacto.

Está con alguien, los celos le ganan, pero respira antes de perderse. No vengo a causar una escena, vengo por respuestas. Se regaña.

Avanza hacia la siguiente puerta, blanca impecable. Junto a esta hay una última pared con fotos, y Camille se queda sin aire cuando se ve reflejada en una. Es ella de pequeña, apenas unos meses. Tiene una gran sonrisa, la nariz arrugada, se ve que se tiraba una carcajada. Está Tobías tomándole la mano con otra sonrisa, y Adler haciendo una mueca, que es lo que la hace reír.

Es su infancia a su lado.

El único momento donde pudo ser una niña y que no recuerda en lo absoluto.

Domain #3 COMPLETA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora