CAPÍTULO 56

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~Camille~

Miro a la pequeña mujer que sostiene la caja en sus manos, caminar hacia la vitrina que elegimos. La abre, guardando las cenizas de Adler con cuidad. Da un paso atrás y sin despedirnos, se sale de la habitación.

Me tiembla la respiración mientras leo el nombre encima del cristal, mis manos inquietas dándole vueltas a la rosa blanca que tengo en mis manos. En una de esas, logro pincharme con una de sus espinas, y no puedo evitar la lágrima que cae de mi ojo al mirar la sangre.

Doy un paso al frente, colocando la rosa junto a sus cenizas, y con la sangre en la punta de mi dedo, murmuro mi último Adiós.

- Am Ende kümmern sich die Dornen um die Rose. - >Al final, las espinas si cuidan la rosa.< juego con las palabras, usando nuestro apellido para agradecerle.

Por que él fue la espina que me salvó.

Der Dorn, der seine Rose rettete.

Doy un paso atrás, dejando que una gota de sangre caiga junto a su caja. Como si exprimieran mi corazón en mi pecho, me abrazo a mi misma, sin llorar. Observo la caja por minutos en silencio, donde no puedo dejar de pensar en él, en ellos.

Tantos errores han cometido, y aún así no me han dejado por un instante. No importaba cuánto los rechazara, cuánto se metiera entre nosotros, jamás permitieron que fuera demasiado para no encontrar un lugar de regreso a mi lado.

Hasta que fue la muerte la que se interpuso en nuestro camino.

Tobías se acerca a dejar su rosa negra, mirando la caja con un recelo inexplicable.

¿Cómo puede caber alguien tan importante, en un pedazo de madera tan lamentable?

¿Cómo pudo haber sido ese su final?

¿Por qué no lo detuve?

Todo el tiempo temí que su obsesión me lastimara directamente. Temí erróneamente. El verdadero terror yacía en que siempre se pondrían delante de mi, y que no importara no vivir a mi lado, no dejarían que yo sufriera.

Me tarde años en aceptarlo.

Me costó su vida aceptarlo.

No cometeré el error dos veces.

Bajo las manos, inhalando nuevamente mientras intento recuperar fuerza y valentía. Pero casi me derrumbo de regreso cuando la mano de Tobías encuentra su lugar dentro de la mía, entrelazando sus dedos con los míos.

Giro la cabeza para mirarlo, y la determinación de su mirada es terrorífica. Pero no me asusta, porque mi mirada es igual.

Es la mirada de un corazón roto que lo va a quemar todo para que sientan su dolor.

Basta esa mirada para comunicar más de lo que diríamos nunca , y con eso, nos despedimos de Adler, saliendo de la pequeña capilla. Es de noche, y el aire fresco jamás había sido tan irrelevante en una situación donde puedo jurar que me estoy ahogando en mi misma.

Pero su mano contra la mía es un ancla, que me permite avanzar a el coche azul eléctrico y blindado que nos recibe, y nos lleva lejos, avanzando por las calles vacías pero caóticas.

Ha comenzado una guerra mundial.

Se le llama guerra civil, donde el pueblo se pone contra los gobiernos. Y así es como los grupos de rebeldes empezaron a hacer sus apariciones por todo el mundo, iniciando en marchas pacíficas y discursos en redes sociales. Pero no los escucharon, y ahora con los cuchillos de casa salen a pelear.

Ahora saben lo que se siente que te mientan toda la vida, mientras intentan asesinarte una y otra vez.

Ahora si todos pagarán.

Domain #3 COMPLETA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora