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El restaurante del que se habla en el capítulo, me lo he inventado yo; no se si existirá en la realidad, pero aquí ha salido de mí

Canción de multimedia que me recuerda a la escena de la "cita"


Capítulo 22| Encerrados en el Centro Comercial

Mane


—Vamos al centro comercial, Noah, no a una gala —respondo cuando este se empeña en que me arregle como si nos fuéramos a una fiesta de lujo.

Me siento en la cama de mi amigo, pues estoy en su piso y me río por los gruñidos que oigo desde su baño. A mi cabeza se viene el día de ayer y no puedo evitar no sonreír, aunque también quiero matar a un baterista pesado. ¿Por eso viniste a Bob's tan tarde, idiota? Recuerdo el sobre blanco que me encontré bajo la chaqueta de Noah, —más bien se lo encontró mi amigo—, y por el apodo que estaba escrito, ya supe de quien era. Tengo que reconocer que en un principio no quise usarlas, pero Noah y Soph me instaron a ir, pues bien saben que siempre he querido ir a un concierto de ellos, y que no fuera tonta en tirarlas. En un principio, la cuarta entrada fue para Susan, pero esta no quiso ir, ya que nos contestó que no le gustaba estar rodeada de tanta multitud. No lo entiendo, pero fue su decisión y se la respete, así que invité a Rosa, ya que no quise que estuviese tanto cuidando de Eliot y necesitaba descansar un poco.

Mi amigo sale del baño cantando Un año sin ver llover de Selena Gómez dejándose los pulmones en cada estrofa que canta. Sale acicalándose el pelo y, después, se gira para mirarme y responderme a lo que he dicho antes:

—Venga, Madame, aunque sea ponte el top ese tan mono que te hace escotazo —Le miro y este me levanta de la cama sin que me dé tiempo a ver su acción —O al menos ponte algo decente.

—Noah, ¿Por qué te ha dado por ir al centro comercial? No estarás tramando nada, ¿verdad? —Este abre los ojos y se lleva la mano al pecho como si mis palabras le hubiesen roto el corazón.

—No, ¿Por qué crees eso, Madame? Solo que... me apetece ir a comprarme ropa.

Antes de que le diga nada, este cambia de tema y me habla sobre el concierto de ayer (aunque las entradas las dejó el jueves), y yo, aunque no quiero que vea que en el fondo me emocionó ver aquellas entradas bajo su chaqueta, —también me molesto—, no puedo ocultar la alegría a mi mejor amigo que tuve, aunque le costó convencerme para que accediera a usarlas, al igual que Soph.

—Se las tendré que pagar...

Noah se gira para mirarme y sin que lo vea venir, me suelta un puñetazo suave en el brazo. Gruño y le pregunto a que ha venido eso:

—Ese chico se nota que le gustas, tía.

—No digas eso, Noah —le interrumpo.

—Es la verdad, zorra y, aunque te duela, estás empezando a sentir algo por ese chico —Niego, pues me opongo a que eso sea verdad —Mane, no puedes dejar que lo que te haya pasado hace tiempo con un chico, te cierre las puertas. Además, ¿Qué se supone que te hizo ese tal Marco para que no quieras confiar en el amor? Algo jodido debe ser.

Así, aunque Noah y Soph saben que tuve una mala experiencia con un chico y que desde ese día no he confiado en más tíos para relaciones series, no tienen ni idea del motivo exacto que me llevo a pensar así. Recordar la traición de Marco o el cómo me utilizó por una apuesta... se me llenan los ojos de lágrimas. Las hago desaparecer en segundos y le hago alguna que otra broma a mi mejor amigo para que cambiemos de tema. Noah sabe que debe ser muy jodido para que cambie de conversación, por eso no me insiste más y al final accedo a ponerme más arreglada.

El latir de un corazón roto #1 SERIE AM✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora