Capítulo 39| Navidades y pasiones silvestresRiley
Atrapo a la sirenita cuando esta corre hacia mi con una radiante sonrisa. De esas que me gustan tanto y que me pasaría la vida dibujando. Beso sus labios y me apoyo en el Mustang para agarrarla mejor.
La pongo de espaldas contra mi pecho y adoro la confianza que tenemos respecto al primer día que nos conocimos, cuando con osadía, echa la cabeza hacía atrás apoyándola en mi hombro.
No voy a mentir si os digo que no quería estar más tiempo a sí, porque es lo que más deseo en el mundo: tenerla cerca. Pero mi querida novia es demasiado inquieta y se acaba moviendo para quedar frente a mí.
Pone algo, un papel, ante mi cara que cuando lo cojo, me enorgullezco mucho de mi chica y la vuelvo a besar.
Esta salta emocionada como una niña pequeña:
—¡He aprobado! ¡He aprobado!
—Pues claro amor. Eres la chica más inteligente, dulce y guapa del mundo... ¿Qué digo? ¡De la galaxia entera! —Estiro los brazos abiertos exageradamente para decir aquello.
Ha pasado una Semana desde que se enfrentó a sus padres después de decidieran regresar y, aunque es verdad que muchas veces la veo decaída, no sé si por eso o por otra cosa, ella es muy fuerte. Estamos a un día de Navidad y si ahora me diera por mirar atrás, no cambiaría ni un solo día de los que he vivido con mi sirenita. Es la primera navidad que las voy a pasar con ella y no va a ser la única; pienso hacer que todas y cada una de las navidades con ella, sean inolvidables. Como ella.
En ese momento, me acuerdo que le he prometido a su hermano llevarla a la cafetería, pues esté tiene una sorpresa que contarla, (que yo ya sé de que trata), y sin más tardar, cojo su mano con cariño y la llevo hacia el asiento del copiloto. Mane se ríe cuando le abro la puerta noblemente y en cuanto la cierro, no tardo mucho y me siento en el conductor.
—¿A dónde vamos? —inquiere con la sonrisa aún en la cara y luego pronuncia algo que me hace reír —Y no me digas que a desaparecer, Chico Disney.
Beso su moflete como el cinturón me permite acercarme sin que se lo espere.
—Eso siempre.
El gesto de rodar los ojos me saca otra sonrisa:
—No, ahora enserio, tú hermano nos espera en Bob's —comento
—¿En Bob's?
Asiento y para que no me saque más cosas, pongo la playlist de nombre «Mane» y arranco dirección a la cafetería.
Ver a la sirenita sonriendo y feliz, es de las mejores sensaciones. Pero no de esas sonrisas que mostraba al inicio que se notaban que eran falsas...No, la que estoy viendo ahora es de esas que incluso puedes ver el brillo en esta misma. Es de las que te hacen tener mariposas en el estomago cuando ves algo que te gusta o cuando te pones nervioso al ver un mensaje de la chica que te encanta y yo... yo estoy sintiendo todo eso y mucho más, porque ella me gusta. Me gusta mucho y soy el chico más afortunado al saber que ha confiado en mí para abrirse y dejar que la quiera.
Eliot la abraza cuando esta le enseña las notas y viceversa, cuando su hermano le da la noticia que en terapia le han dicho que va mejorando mucho y le han dejado hacer la última antes de fin de año hasta el próximo año.
Mane llora, pero tengo la certeza de que ha cambiado las lágrimas de tristeza por felicidad.
Noah aparece justo en ese momento, gritando lo siguiente:
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El latir de un corazón roto #1 SERIE AM✔️
Romance"Incluso el corazón más roto, vuelve a latir" A Mane le han roto el corazón. Bueno, más que rompérselo se lo han destrozado en mil pedazos hasta dejarle con un agujero negro en el interior. Además, el hecho de que sus padres les abandonaran cuando M...