𝙴𝚡𝚝𝚛𝚊 𝟷

172 14 3
                                    


He decidido subiros el primer extra de Mane y Riley; es del capítulo 27 cuando se van a la gira, en el avión. Espero que lo disfrutéis. 

❤️‍🩹


Capítulo 27. Avión


A las ocho de la mañana ya estábamos cogiendo el avión... o bueno, estamos ahora mismo en este. En clase business.

Voy mirando por la ventana con los auriculares puestos apartada de todo lo que me rodea sin enterarme si alguien se sienta a mi lado o no..., hasta que una mano me quita uno de los auriculares haciendo que gire la mirada y vuelva a la realidad, encontrándome con Riley sentado a mi lado. En el otro extremo de la estancia, se encuentra Noah con un antifaz blanco echando una cabezadita y las ganas de tomarle una foto para subirla, no me faltan.

Vuelvo la atención al idiota que hay junto a mí que sonríe de manera petulante y le pregunto lo que le pasa a la vez que le quito el auricular de la mano.

Riley se pronuncia colocándose recto en el asiento y gira solo la cabeza:

—Nada, solo quiero saber que esto es real, sirenita —No sé a qué se refiere. Este se ríe —Que hayas aceptado venir.

—No te hagas ilusiones de nada, idiota, solo estaré cuatro días.

—Cuatro días que atesorare con gusto —responde con una enorme sonrisa que me hace mucha gracia ya que parece un niño pequeño.

Si, Noah, Soph y yo solo estaremos cuatro días, pues no podemos faltar mucho a clases y ya íbamos a faltar hoy y mañana viernes (estamos a jueves); estaremos hasta el domingo por la noche y el lunes volveríamos a clases, —aunque seguramente no vayamos hasta el martes porque estaremos muertos—; así que otro día más que faltaríamos. Es otra condición que le impuse a Riley para que yo aceptara.

—¿Qué tal estás? —su pregunta me descoloca los pensamientos, pero no me da tiempo a decirle nada, cuando mi móvil se enciende y no me da tiempo a quitar el móvil rápido cuando ya ha visto la foto de pantalla —¿Quién es? ¿Tu hermano?

Miro la pantalla cabizbaja aguantando las lágrimas que quieren salir y asiento levemente. En la foto salía mi hermano con unos seis años o así sujetándome en brazos. Me la dio Rosa en papel cuando aún vivíamos en Canadá y yo, le saqué foto para ponerla. Nunca he cambiado de foto desde ese día.

—¿y el bebé eres tú, sirenita? —aspiro con la nariz hacia dentro para aguantar las ganas de llorar y cuando estoy lista, vuelvo a alzar la cabeza. Asiento —Eras muy fea de pequeña.

—Y tú eras Brad Pitt, ¿no?

—Digamos que soy más guapo que él —me reta con la mirada y me doy cuenta de que estamos demasiado cerca rostro con rostro. Luego, apoya la cabeza en el respaldo y dice lo siguiente con chulería —Espero que me regales algo, sirenita.

Abro los ojos cuando recuerdo que justo el último día en el que yo estaría aquí sería 29, su cumpleaños. Para sorpresa suya, —y mía también—, me acerco a él y sin que se lo espere, presiono mis labios en su mejilla regalándole un sonoro beso. Cuando me separo, Riley sigue con los ojos abiertos y pestañea seguidamente como si estuviese soñando. No puedo evitar reírme. Le felicito, pues no tengo nada que regalarle, aunque su respuesta recorre mi cuerpo como una corriente eléctrica.

—Creo que ya me has hecho el mejor regalo de todos, bicho —emplea el dichoso primer apodo que me puso en la cafetería y yo lo fulmino con la mirada —Y el aceptar venir, es otro regalo.

—¿Puedes decirme porque me llamas bicho?

—Mmm —hace que piensa, pero tengo la clara sospecha que no dirá nada. Me mira de reojo con una sonrisa ladeada y se recoloca para poder mirarme mejor —Creo que lo guardaré para mí.

Me cruzo de brazos, resoplo haciendo que un mechón de pelo se mueva hacia delante y miro hacia el frente. Escucho su risa muy cerca de mi oído y apenas voy a girarme, nuestros rostros vuelven a estar super cerca.

—Las ganas que tengo de besarte son...

No termina la frase cuando otra voz lo interrumpe, gritando:

—¡Hey! ¡Dejad de ligar, tortolitos!

Ambos miramos en dirección a la voz que yo sé muy bien de quien es. Noah nos mira con el antifaz en la cabeza como si quisiera asesinarnos.

—Algunos intentamos dormir, ya tendréis tiempo de liaros luego —y sin más que añadir, Noah se pone de nuevo el antifaz y se acomoda en su sitio.

Siento las mejillas acaloradas, pero consigo disimularlas cuando este se gira a mirarme y ambos nos reímos de la regañina de Noah. El viaje se hace ameno y en silencio.

El banner creado por  del concurso de dreamsawards que gané

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El banner creado por  del concurso de dreamsawards que gané. 




El latir de un corazón roto #1 SERIE AM✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora