Capítulo 26| Zumo de manzana, rupturas y letras de cancionesRiley
Dos semanas desde que volví a ver a la sirenita.
Dos insoportables semanas que no he podido verla ni molestarla como me gusta hacer desde que la conocí. Ni siquiera la he mandado un misero mensaje, pues cuando aquella noche, después de su turno en la cafetería, le dijera que no iba a molestarla a menos que ella quisiera, lo decía enserio. No quiero agobiarla y, aunque tengo que reconocer que me dolió un poco que dijera que era un error, sé que tiene razón, pues Mane está con el Jaxon ese.
Estamos a finales de noviembre ya y solo quedaban una semana para mí cumpleaños y empezar la gira por Europa. ¿Y si intentaba mandarle un mensaje hoy? No sé exactamente el motivo, pero ojalá pudiera pasar mi cumpleaños con esa sirenita que tanto pienso mañana, tarde y noche... bueno, ¿a quién quiero engañar? ¡Si sé el motivo! Me encantaría volver a pasármelo genial junto a ella. Salgo del trance en el que estoy cuando mi compañero de banda Aaron se sienta en el mismo sofá que yo con las piernas desparramadas. Este me da una sacudida con una media sonrisa que ya sé que quiere burlarse de mí, antes de decir:
—¿Sabes a quien pareces? —pregunta, aunque no hace falta que diga nada porque sé que me lo dirá igualmente y ahí viene —A mudito. Ya sabes, tú que eres fan de Disney, debes entender la referencia que te he dado ¿no?
—Ja ja, muy gracioso capullo.
Me levanto de allí negando con la cabeza a la vez que me río sin que se dé cuenta y entro en mi habitación. Estamos en el estudio desde que habíamos terminado la gira por América. Cierro la puerta tras de mí y me apoyo en ella. No puedo evitar analizar toda la estancia y sin querer, la noche en la que Mane se presentó borracha aquí, me aparece en la memoria.
Camino hasta mi cama y me tiro de espaldas en ella sin poder dejar de pensar en Mane. ¿Se puede saber que hechizo me ha lanzado esa pequeña sirena? Me tapo la cara con el brazo intentando quitar aquellos pensamientos, porque creo que me estaba enamorando de ella. En ese momento, alguien entra por la puerta y no me hace falta mirar, para saber que es Rain cuando el colchón de mi cama se hunde en una esquina y me llega su perfume.
Su voz inunda la sala:
—¡Capullo! —Me incorporo con la espalda en el cabecero de la cama rodando los ojos con una sonrisa —Me han dicho los chicos que estabas en modo yeti y quería verlo con mis propios ojos.
—Capulla, ni caso.
—Ahora sí, ¿Qué haces aquí encerrado? —Rain va directa al grano, pues no hace falta mentirla ya que se da cuenta de todo y, en eso me recuerda al amigo rubio de Mane.
Antes, cuando Rain y yo estábamos en una misma habitación siempre acabábamos desnudos y liándonos, pero ahora es como si ya no quisiera hacer nada con ella. Es como si hacer algo con otra persona estuviera traicionando a la sirenita, aunque sé que no somos nada. Siento algo golpeando mi nariz y al mirar abajo, el cojín de simba se encuentra entre mis piernas cruzadas. Rain hace contacto visual conmigo intentando descifrar cualquier signo que le de respuestas en mi mirada.
Ruedo los ojos aguantando la risa por las caras que está poniendo y le vuelvo a lanzar el cojín que esta me ha arrojado a mi hace unos segundos consiguiendo que recoloque en la cama. Ahora esta con la espalda en la pared y las piernas dobladas abrazándolas con sus brazos. Pone su mejilla en una de las rodillas y me mira, esperando que me decida hablar.
—No dejo de pensar en alguien —confieso, pues sé a ciencia cierta que en ella puedo fiarme.
—¿Es la misma chica de la cafetería?
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El latir de un corazón roto #1 SERIE AM✔️
Romansa"Incluso el corazón más roto, vuelve a latir" A Mane le han roto el corazón. Bueno, más que rompérselo se lo han destrozado en mil pedazos hasta dejarle con un agujero negro en el interior. Además, el hecho de que sus padres les abandonaran cuando M...