𝟚𝟘🎶

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Capítulo 20| Besos en el coche y segunda "¿cita?"

Mane

No sé porque le he pedido que me dé el nombre del hospital donde se encuentra, pero al estar aquí, creo que me arrepiento. A la mente me viene el día que Rosa me trajo cuando Eliot me empujo haciendo que me golpeara en la cabeza y me empiezo a poner tensa. Creo que es el hecho de escuchar su voz al borde de las lágrimas lo que me ha hecho querer venir aquí... como si tuviera la necesidad de estar a su lado, y eso, es lo que más miedo me da. Como bien había dicho Riley en la cafetería antes de que pasara todo lo de su hermana, sí que recordaba el beso, pero no quiero que él lo sepa o, mejor dicho, yo no quiero recordarlo, aunque es difícil.

En la entrada del mismo hospital, lo veo.

Camino hacia él con los brazos cruzados frente al pecho y sintiéndome un poco ridícula por no haberme cambiado de ropa y, es que llevo puesto el uniforme del trabajo. Cuando este me llamó con el teléfono de Aaron y yo le había dicho que vendría, había ido rápidamente al almacén nada más terminar la llamada, para coger la chaqueta y la mochila que tengo en la espalda. Por suerte, cuando este llamó, ya no había tanta gente como al principio y Bob, se había tenido que ir a un sitio, así que no me vio yéndome. Noah también ha tenido algo que ver en que decidiera venir.

—No esperaba que... —No le doy tiempo a que termine la frase cuando sin pensarlo y sin saber porque lo hago, le abrazo para darle todo mi apoyo en estos momentos Seguro su hermana saldría de esta. Puedo sentir como cierra sus brazos alrededor de mi cuerpo para seguir el abrazo y una ráfaga de electricidad me recorre la columna vertebral —Vaya, sirenita. Cada día me sorprendes más.

Cuando nos separamos, nuestras miradas se encuentran. Sus ojos, de un color chocolate, me hipnotizan tanto que ni siquiera me acuerdo de la primera vez que estuve en el hospital con Rosa. Es como si, estando cerca de Riley, todas las cosas malas que me pasan desaparecieran un par de horas hasta que llego a casa y todo vuelve a mí, dándome la hostia. Este me hace un ademán de cabeza para que entremos y yo asiento, yendo delante de él cuando, este posa su mano en la parte baja de mi espalda dándome escalofríos.

Me alegro que me haya esperado en la entrada, pues si hubiera tenido que subir sola, me entraría la vergüenza si unos desconocidos me vieran llegar. En ese momento, me detengo haciendo que este lo haga también con una ceja enarcada y yo me disculpo por haber llegado tarde, —una hora más o menos—, pues he tenido que pedir un taxi con el dinero de Noah, (que se lo pienso devolver, aunque no quiera). Riley saca una media sonrisa para contestarme:

Sirenita, estas aquí. Eso es lo único que me importa —su caricia en mi mejilla me hace retomar el paso, pues siento que estoy cruzando una línea que no quiero, pero este me alcanza y me detiene agarrándome de la muñeca. Cuando nos miramos otra vez, habla —: Gracias. Se que no quieres venir y lo entiendo, porque apenas conoces a nadie de mi familia, pero es como si pudiera confiar y contar contigo. No sé el motivo, pero es la verdad.

—A ver, eres un idiota, pero puede que me caigas bien —digo y este me mira con una sonrisa divertida. Señalo con un dedo antes de que diga nada —No te flipes, idiota. Sigues cayéndome mal.

—Pues para que te caiga mal, fuiste tú la que me beso —contesta, poniéndome roja como un tomate en ese momento. Este se ríe y lo siguiente, me deja aún más roja —No quiero saber que me harías si te cayera aún peor... ¡Auch!

—Te jodes —apuntillo después de golpearlo en el brazo con bastante fuerza —Espero que tus hermanos no sean como tú.

—No lo son.

El latir de un corazón roto #1 SERIE AM✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora