Reina Carmesí (borrador)

Capítulo 14

Entro a el sótano viejo donde tengo a Lorenzo, el sitio es asqueroso, tiene olores de fluidos y otras sustancias y a gasolina.

—Donde está?—le preguntó a uno de mis hombres.

—Ahí Capo.

Entro a la habitación donde esté se encuentra, y está arrodillado en el piso con una venda que le cubre el rostro.

Escucha que entro y empieza a tratar de buscar de donde proviene el sonido.

—!¿Quien es?!—Empieza a gritar como loco— ¡¿QUE QUIERES?!—su desesperación me da risa, pero no me rio solo lo observo.

—Te doy lo que quieras solo dime que quieres!

Agarro el armar y se la pasó por los
brazos—Quien es! Responde! Ya ya no
me mates por favor!—empieza a llorar y no hay nada que disfrute más que la tortura.

Empieza a llorar de la desesperación y ya me está empezando a hartar.

Le quito la venda de los ojos, el me mira con impresión y luego voltea a ver el arma.

—Que...e qué haces?—Tartamudea al hablar.

—Donde está?

—Qui..qui..quien..

—Ya sabes quien ahórrame el trabajo si?—me agacho para quedar a su altura—o te mato y acabo con esto, dime cuál eliges?

—No no nooo, no se, no se—se empieza desesperar.

—Sabes pensé dejar pasar que me robaste y engañaste, solo por que me dieras la ubicación de esa perra.

—Pero no se—Llora y me mira con suplica—No se donde está.

—Ah no?!

—No no no no no no.

—0k vamos a jugar un juego si?

Ve el arma en mi mano nuevamente e intenta sonreír como si estuviera logrando algo que el quiere, pobre cree que tiene el control—Si si..si

—Dime un número?

—ci..i..cinco- tartamudea.

—Ok—le disparó en la pierna y el grita—Ahora solo tienes cuatro intentos más para decirme donde está

—No se no se —le disparó en la otra
pierna.

—Ahhhhhhhh—grita y empieza a llorar—Para para!!

—Tú eres el único que lo puede parar.

—Donde está?—vuelvo a preguntar.

Se queda callado y le disparó en el hombro derecho—No lo se se se!!—llora tanto que me esta dando jaqueca.

—Dos—me acerco más—Habla que me estoy empezando a cansar.

—Ella nunca me dijo donde vivía!—le disparó en el hombro izquierdo.

—Ya ultima oportunidad, no lo voy a repetir, habla ahora.

—Uno—Me mira y está indeciso.

—Dos.

—Tre..

—En el barrio mas peligroso de Italia—empieza a a hablar—En un apartamento.

—Pero ese barrio lo manejo yo.

—Ella estaa escondidaa, en un apartamento.

—Donde exactamente?

—No no lo se.

—Gracias por la colaboración Lorenzo, pero tu tiempo se acabó, por hacerme contar hasta dos—coloco una carita triste y saco un encendedor que
siempre llevo, lo lanzo a los pies de este y todo se empieza a convertir en llamas rojas-Hermoso-