Capítulo 23

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Al bajar las escaleras, está Flavio esperándome—Vamos—mira detrás de mí—Que hace el aquí?

Volteo los ojos y Malcom lo mira retándolo, el si no le tiene miedo a nada—Adelántate ya te alcanzo.

—Sucede algo?—me volteo—Porque puedes...

—No, nada—me abrocho más mi camisa roja—Ve y desayuna—no se cuanto tiempo me tarde.

—Grace?—vuelvo a voltear cuando me llama y respondo con un sonido de pregunta— Sabes que puedes confiar en mí cierto?

Repito y lo pienso, el y yo nos hemos vuelto más cercanos, viene a visitarme, vamos juntos al club, y está conmigo en cosas de la mafia—Si.

—Me tengo que ir nos vemos luego nena—Dios! se ha vuelto mi apodo favorito, pero no se lo voy a demostrar.

Se acerca y me da un beso en la boca, cosa que no me esperaba, eso solo lo hacen las parejas el y yo no somos nada.

Va hacia la puerta y yo hacia mi oficina.

Entro y Flavio está con sus pies montados en mi escritorio—Baja tus sucios pies de mi escritorio!

—Es más mío que tuyo, pasas mas tiempo con ese hombre de lo normal—se levanta y viene hacia mí—Estás descuidando cosas Grace, ademas que paso con la Grace que utilizaba a los hombres por simple placer, que no se deja dominar por nada ni nadie?

—Aquí está no me ves?

—No!— me siento en mi silla— literalmente estás más concentrada en que el se meta entre tus piernas qué haciendo el trabajo que asumiste— lo miro seria.

—Retráctate de lo que dijiste Flavio—mi mañana se arruinó con sus palabras, me mira serio, ninguno de los dos quiere ceder pero alguno tendrá que hacerlo y esa no seré yo.

—Lo siento Grace—Respira, lo dice entre dientes pero lo escuche y eso me basta, pero no por eso se va a salvar de mi molestia, se que para el y para mi es muy molesto tenernos que arrepentir de algo.

—Te recuerdo que soy tu Jefa, la Capo dei capi, la jefa de jefes y la Maldita Reina de la Mafia, entiendes?!—estoy molesta y así no debería hablar o las cosas se pueden salir de control—No vuelvas a hablarme así, porque se me va a olvidar que somos amigos—Y no se qué es peor pelear con el o pelear sin desayunar—Ahora habla de una vez que es lo que me tenías que decir!

—Ya tenemos a los Russo.

—El trabajo está hecho? —Espero que si, no tengo muchas ganas de llevarme decepciones.

—Si ya matamos a su familia enfrente de el—sonrió para mis adentros—cree que a sus hijos también los matamos, pero no, sabemos que a los hijos no.

—Ya se a donde mandarlos, sabes la mujer que mande a traer hace unos días de EEUU—Asiente—Ella los puede cuidar.

—Ok yo me encargo de enviarlos—Me ve más serio y no entiendo.

—Habla!

—Hay que sacarle la información a ese bastardo, necesitamos saber a quien nos vendió!

—Ok— salgo de la oficina.
♠️

Puedo visualizar cada uno de los golpes que le están dando a Francesco Russo, tengo una sala como la de los interrogatorios policiales, en la cual tú puedes ver lo que hacen adentro pero no lo qué pasa afuera—A quien la vendiste!—Escucho como Rumian le grita a la rata que me vendió.

—Este miserable no va a hablar—Flavio y sus malas vibras.

—Tenemos un haz bajo la manga—volteo a verlo y sonrió— Si va a hablar.

Golpes se siguen escuchando y el no quiere cooperar—Traigan a mis bebés—me levanto y entro a la sala.

Rumian viene a donde yo estoy y me susurra—No quiere cooperar Capo.

—Ve y descansa yo me encargo—asiente y sale—Hola Francesco, no se si te acuerdas de mí, soy yo tu jefa, Capo di Capi—Sonrío y el también—Sabes hay unos rumores que dicen que me vendiste a una banda criminal o algo así—Veo su labio rojo con sangre saliendo de este, la ceja rota y varios hematomas—Yo no soy conocida por tener mucha paciencia, pero mi padre tiene mucha, y si algo me a enseñado es a saber administrar la mía.

Me acerco un poco más—Y yo la se administrar de la siguiente manera.

Entran mis bebés, siete perros, el primero, Ira, el segundo, Avaricia, el tercero, Envidia, el cuarto, Lujuria, el quinto, Gula, el sexto, Soberbia, el séptimo, Pereza. Tres Rottweiler y cuatro Pitbull.

Tengo una pequeña obsesión con los pecados capitales.

Llegan y les hago una señal la cual los hace sentarse de inmediato, los siete me obedecen a mi y a el que los cuida y entrena, ellos a mi no me atacan, si no les digo que ataquen no lo hacen.

—Attaccano—los perro salen corriendo a donde está el hombre atado lo empiezan a morder y rasguñar.

Observo de una distancia prudente y llega Flavio—En este momento es donde agradezco ser tu mejor amigo y no el señor de allá—Hace una mueca al ver cómo le muerden parte del brazo.

No lo matan solo lo atacan superficialmente ya que solo lo quiero torturarlo—Paren— los siete canes se sientan es sus patas traseras y me miran.

—Ya viste solo un poco de lo que soy capaz de hacer, así que te pregunto a quien me vendiste?

—Mátame...me de una vez lo..oo..caa—me intenta gritar.

Sostengo mi arma favorita y se la entierro en una de sus heridas lo que ovaciona que grite—Vuélveme a llamar loca y te mato.

Empieza a llorar y le hago seña a mis hombres para que se llevan a los perros y me traigan los otros juguetes.

Llega una mesa con muchos utensilios de tortura, señaló las pinzas que tienen corriente, uno de mis hombres las agarra, Russo grita y llora como un bebé, Suena mi teléfono y no contesto, vuelven a llamar y contesto, me alejo un poco y doy la orden de que pare.

—Si?

—Grace.

—Malcom, Que sucede?

—Que es eso que se escucha de fondo? —veo a Russo y sonrió

—Nada dime que sucede?

Está bien, era para invitarte a salir hoy—veo hacia está Flavio y me mira con desaprobación—Puedes?

—Esta bien, hablamos luego si?

—Ok.

Malcom es serio, pero algunas veces es mas...tranquilo.

Voy de nuevo a donde se encuentra Russo y lo miro—Entonces maldita escoria dime ahora con quien?

No habla así que agarro las pinzas y se las coloco en los dedos cosa que hace un poco de presión antes de que busque el regulador de corriente y lo pongo en lo más bajito, el grita pero se hace el fuerte.

—Te vas a achicharrar como un maldito pescado si no hablas—no responde así que subo la intensidad—te lo dije no me retes—sigue gritando y lo dejo por mas tiempo, se le puede quemar la mononeurona que tiene? si, pero el no quiere cooperar.

—Quien?—dice ahora Rumian.

Lo coloco en lo más potente, ya me cansé, me colmo la paciencia—Ya..ya.......ya...ya.... hablo...hablo.

—Dime.

—Está reuniendo clanes—hace una pausa y sigue—se apresura una guerra por el trono.

—A quien?—Rumian lo presiona.

—La mujer de cabello castaño, ee..ella me pagó por información...l..o...lamento.

—Cuantos aliados tiene?

—No..no lo..se—Sonrió.

—Gracias, pero me hiciste colmar la paciencia y me llamaste loca—Saco el encendedor del bolsillo de mi pantalón, mis hombres lo bañan de gasolina y me aparto un poco, lanzo el encendedor y todo se enciende en candela, es majestuoso ver como todo se va consumiendo, es sencillamente hermoso.

Reina Carmesí (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora