Capítulo 26

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Malcom está en uno de los jardines hablando por teléfono un poco extraño , intento acercarme cuando algo se me atraviesa en el camino o bueno alguien.

—Grace?

—Si?—El griego me intercepta.

—No es tarde, por que no entras ya casi todos los invitados están adentro vamos—Malcom levanta la vista, me mira y se aleja más con el celular en el oído, mi tío me jala con el y entramos de nuevo al gran salón, ruedo los ojos y entro ya que mi tío no me dejara ir tan fácilmente.

Kloe empieza a hablar con algunas chicas y me logro escapar de nuevo. Voy en dirección de nuevo al jardín y no logro visualizar a Malcom.

Mi celular suena e inmediatamente atiendo.

—Dime?— me acerco más hacia el jardín para tener mas privacidad.

Capo, creo que ya tenemos quien robó el dinero de la empresa—Volteo y veo que no haya nadie.

—Creen o saben?!

—Sabemos quien es Jefa—Espero una respuesta, pero no llega así que me toca preguntar.

—Quien?

—El dinero llego a una cuenta sin destinatario—ya lo se—Pero luego de investigar dimos con que el dinero llegaba a una cuenta en Canadá y lo retiraba una persona llamada Ella Erofi—mi mano de estrella con la baranda que divide el jardín del vacío.

—Quiero toda la información de esa persona, TODO!—El mesero pasa con unas copas de Champán,
agarro una y la tomo toda de un golpe, tras esa otra y otra más.

Cuelgo ya que estoy histérica, camino en dirección a la casa, jamás me había pasado algo  así, estoy molesta obstinada y—Ay!—choco contra alguien que produce que mi tacón se doble y caía en el pasto—¡Infeliz, Desgraciado no ves o eres ciego!¡

—Lo lamento—Cuando veo quien es me le lanzo encima besándolo, el tarda unos segundos en responder ya que lo tomé por sorpresa, me alza y logra todo el control del beso fuerte, salvaje, rudo, el cual necesito.

Me besa desbocado es un beso sucio, sin barreras, me besa sin importarle nada, ni quien nos ve y avanza a no se donde, en ves de besar mi cuello lo muerde y eso hace que mi excitación crezca, no necesito algo lindo, necesito algo rudo y salvaje. Y eso solo lo logro con el.

Entramos a algún lugar de la mansión y creo que todavía estamos en el patio por qué no escuche nunca que entrará a la mansión, se despega y lo vuelvo a besar alocadamente, le quito el traje y el me rompe el vestido y me susurra en el oído—No sabes las ganas que tenia de hacer eso— siento como me nalguea y eso me hace soltar un gemido.

Quedo semidesnuda y empiezo a quitarle toda la ropa, a lo salvaje, cuando me deshago de su ropa me agarra las manos y las coloca detrás de mi, con una mano toca mi feminidad—Nena estás empapada— y sin previo aviso rompe la tela y se encaja en mí.

Aprieta mis caderas al punto que creo que deben estar rojas, pero no me importa, sigue mordiendo y lamiendo mi cuello, siento como me empotra contra la pared que está detrás de mí, mis piernas están a cada lado de su cuerpo y siento que con esta intensidad hace que lo apriete más y algunas veces mis tacones chocan con el, estoy exaltada, el no tiene delicadeza, jamás la a tenido, y eso no me molesta. Me gusta.

Vuelve a hundirse en mí y siento como su polla palpita en mí, como entra y sale de una manera tan dura pero deliciosa, me vuelve y siento que me estoy volviendo loca, me baja y me voltea de tal manera que el tiene todo el control, hace lo mismo muchas veces más y el hecho de que alguien nos pueda ver me exita más.

Reina Carmesí (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora