Capítulo 30

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Grace De Santis

El cuchillo traspasa la piel del hombre al que tengo frente a mi y el chillido que suelta no me aturde, solo me incita a lanzar otro. El cuchillo vuelve a caer en partes que causan mucho dolor pero no lo mata, no aún.

Pido que le coloquen la intra venosa y le curen las heridas sin ninguna delicadeza, para poder seguir divirtiéndome más tarde con el, en esta organización seguimos reglas tenemos principios que están escritos desde antes que yo naciera y uno de ellos es no meterse con la trata de personas, ese hombre que trabajaba en unos de mis clubs estuvo vendiendo niños, lo atrapé y le corté su órgano que lo hacía creerse rey con esa miseria de polla, mande a quemar su hemorragia para que quedara vivo, pero sin su preciado órgano reproductor masculino.

Entro a la sala contigua a la del imbecil al cual no mate porque quiero que sufra más, le queme las manos los pies y la cara, tiene cortes en los brazos en el precio y en las piernas, pero no es suficiente quiero que sufra, porque un disparo no es la tortura más grande en mis manos con muchos creen, al que mató con una bala tiene la dicha de morir rápido, porque al que no muere de una manera lenta y dolorosa.

La mujer que me recibe me mira con recelo, simplemente me odia, porque no se, pero todos o la mayoría me odia por ser la nueva líder de la mafia italiana, así que no me sorprende, esta mujer dijo que tenía información importante que solo iba a compartir con la reina, así que me toco venir luego de que atacaran uno de mis clubs, tal como ella lo dijo.

—Por fin tengo la soca de conocerla— espera que le diga mi nombre y no lo hago solo respondo.

—Capo.

Al notar que no le dire nada más continua—Esperaba que cedieras más rápido en vista de que te dije que iba a suceder, atacaron uno de tus clubs.

—No las más importante si te preocupa, ahora al punto o me voy y créeme que si elijo las segundas vas a morir.

Atacaron el club Tormenta, cuando mis hombres me informaron de eso tomé medidas, aunque ella no tiene porqué saberlo, coloqué a cuidarlo a los hombres de los cuales tenía que deshacerme, hombres que de alguna manera rompieron el código de la mafia Italiana.

—No se si conoces a Lienol Valsate— asiento y ella sigue— Creo un pequeño club a las afueras de Sicilia, en el cual se reúnen las mafias más pequeñas—eso ya lo sabía, nada nuevo que me esté contando—Pero allí se presentó un hombre que le ofreció dos millones de dólares si reunía a las mafias más pequeñas y te atacaban.

De donde saco esta información? Sabia que tenía que ver con mafias pequeñas pero no sabia a ciencia cierta cuáles.

—Lo se porque el me lo dijo.

—Y por qué me lo dices, por qué debería de creerte?

—Porque tengo el nombre de las dos mafias que te atacaron, ademas se a quien debo rendirle cuenta, A la reina u no a los peones.

Que bueno que lo tenga en cuenta, yo soy todo acá y si tengo que matar a unos para demostrarlo lo haré sin miedo—Quienes son?

—Sander Toured y Lienol Valsate, están escondidos en el club, pensaron que no te darías cuenta si se refugiaban allí.

—Gracias por la información lastima que vayas a morir— me mira petrificada— Los sapos no entran en mi castillo, cara.

Salgo y el estruendor del disparo es como música para mis oídos, la gente me dice que soy sanguinaria pero cuando naces escuchado eso no te importa lo ves como algo normal.

Salgo directo a el club, y cuando llego ya tengo a mis hombres en el sitio, paso por siete cadavers y reconozco que no son de los míos, llego a una pequeña estancia donde dos hombres como de 50 años me miran con miedo, terror y me encanta, esa soy yo la mujer sanguinaria que no tiene remordimiento de conciencia.

Reina Carmesí (borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora