CAMBIOS

648 60 5
                                    

Narra Lucero

A la mañana siguiente después de desayunar llevamos a los niños al despacho para platicar sobre lo hablado entre Manuel y yo la noche anterior.

Mis amores - los miro determinación - Su papá y yo queremos hablar con ustedes sobre un situación que esta sucediendo entre él y yo y que les consierne a ustedes también porque esto puede ser un cambio en nuestras vidas - les digo analizando cada palabra antes de decirla.

Al hablar de un cambio no necesariamente tiene que ser malo - les sonrió levemente - hay cambios que nos ayudan a comprendernos mejor y así tener una mejor relación con las personas que nos rodean o las personas a quienes amamos y queremos ver bien - ellos ascienden con la cabeza como señal de que están comprendiendo - Y este es uno de esos cambios. Papá y yo nos estamos separando, eso quiere decir que ya no seremos esposos, no seremos una pareja. Sin embargo, eso no significa que no vamos a seguir unidos para tomar decisiones como papás para...

¿O sea que ya no amas a papá? - interrumpe Joss y puedo ver en su preocupación - A veces cuando dos personas se aman mucho, pero se está perdiendo la comunicación para tener una buena relación basada en el amor y el respeto. Hay que buscar alternativas que nos ayuden a que esa relación sea mejor para ambos. Lo que quiero decir es es papá y yo nos vamos a querer mucho siempre aunque ya no seamos esposos, nos separamos para que nuestra relación sea más amena.

¿Pero vamos a seguir viendo a papá? - pregunta Lucerito haciendo cara triste - Si mi amor, siempre van a poder ver a su papá y poder irse con él cuando quieran. Quiero que comprendan que él siempre va a seguir siendo su papá y ustedes van a poder seguir teniendo la relación que tienen hasta ahora con él. Nada tiene porque cambiar.

¿Y vamos a seguir viviendo juntos? - pregunta Joss.

Volteo a ver a Manuel y él me mira como sin saber que decir y yo le hago señas como indicándole que les diga la verdad.

Bien, campeón - se dirige a Joss - Escúchen ambos lo que les diré. Va a llegar un momento en el que ya no viva en la misma casa con ustedes, pero eso no quiere decir que no voy a seguir pendiente de ustedes. Voy a seguir visitándolos, vamos a salir juntos al cine, a donde ustedes quieran. Yo voy a seguir siendo el papá que ustedes llevan conociendo desde siempre.

¿Y cuándo te vas a ir? - Lucerito hace cara de preocupación - ¿Y para dónde? ¿A qué casa?

Beba, a qué casa aún no lo sé. Voy a buscar una muy linda y que esté cerca de ustedes para poder verlos todos los días - le responde - ¿Y cuándo? Bueno tal vez en unas semanas.

Por ahora papá va a seguir viviendo con nosotros - les digo - Quiero saber como se sienten y si nos han comprendido todo lo dicho o quieren preguntarnos algo más?

Después de unos minutos de seguir respondiendo a las dudas de los chavos, nos sentimos aliviados de que lo han tomado de buena manera y han comprendido la situación a la que nos enfrentamos como familia.

Ahora queremos tocarles otro tema - les menciono - ¿A ustedes les gustaría que nos cambiaramos de casa? ¿Mudarnos a un departamento?

¿Mudarnos? ¿Solo mi hermana, tú y yo? - se asombra Joss - ¿Y si nos queda muy lejos de papá?

Nos mudamos todos, los tres junto con papá - le respondo - Solo queremos saber si les gustaría. De no ser así, no hay ningún problema y nos quedamos aquí.

¿Y cuándo papá quiera irse a su nueva casa? - hace cara de aburrida Lucerito - Podrá hacerlo y estoy segura que buscará un casa que no esté lejos de donde vamos a vivir. Igual si papá quiere venir a nuestra nueva casa, él siempre podrá visitarnos.

¿Y la escuela? - pregunta alarmado Joss - ¿Nos queda lejos la escuela?

No hay problema con la escuela - le sonrió - Seguirán asistiendo a su colegio porque no nos queda muy lejos.

Joss tiene cara de pensativo - ¿Tú que opinas hermana? - mira a Lucerito haciendo un ceño fruncido - Me gusta la idea hermano ¿a tí también? - le pregunta a Joss - Sí a ti te gusta, a mi también. Porque debo estar donde tú estés para cuidarte y poder estar juntos. Entonces sí mamá, si nos podemos cambiar de casa.

Dos semanas después...

Narra Manuel

Todo esta casi listo para la mudanza, Lucero y yo estamos terminando de embalar dos cajas que serán las últimas por sacar.

¡Terminé! - comienza a saltar y ríe - ¡Te gané Manuelito!

No, no, no - digo en tono aburrido - Me cae que hiciste trampa.

Haber, ¿cómo pude haberlo hecho? - se cruza de brazos - ¡Ya! Acepta que te gané!

OK, lo acepto - termino de embalar mi caja - voy a llevar esta y vengo por la tuya.

Me siento con mucha nostalgia de dejar esta casa - suspira - Tantos momentos que se quedan en los rincones, en cada espacio. Siento una presión en el pecho y quisiera saber lo que va a suceder después - veo como se cristalizan sus ojos - No soy de negarme a los cambios, pero este me aterra Manuel, por los niños, por mi y por ti, pero en especial por mí.

Los niños lo han tomado muy bien - me acerco a ella - Han ayudado en todo lo que pudieron estás dos semanas y confío confío que seguirán así y se adaptarán rápido - tomo sus manos - Y en cuanto a ti - suspiro - Eres fuerte y siempre lo has sido. Vas a sanar y va a saber como guiarlos cuando no este mi presencia en casa, igual sabes que siempre contigo. Somos socios, recuerda! - la abrazo fuerte y así nos quedamos por unos segundos.

Todavía No Se Ha EscritoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora